La canciller de México Alicia Bárcena afirmó este viernes a Estados Unidos que su país ayudará «en la batalla» contra la migración irregular y espera que otros «se solidaricen» con ellos, durante una reunión en Washington.
Se trata de «una reunión de seguimiento» de la del 27 de diciembre en México, afirmó Bárcena al comienzo del encuentro.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, afirmó que han «logrado grandes avances en tan sólo tres semanas desde esa reunión», sin especificar cuáles.
«Esperamos revisar eso hoy, así como examinar pasos adicionales que podemos tomar juntos para avanzar en el objetivo que ambos compartimos de reducir el aumento sin precedentes de la migración irregular», añadió.
Según datos de la patrulla fronteriza estadounidense, las autoridades interceptaron en noviembre pasado más de 242.000 veces a migrantes y solicitantes de asilo en la frontera con México. Las cifras de diciembre no se han publicado.
Bárcena trajo a Washington un mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador.
«Tenemos la intención de ayudar, de apoyar en esta gran tarea, gran batalla que estamos viviendo todos que es la alta movilidad humana», afirmó.
Un mensaje bienvenido para el presidente demócrata Joe Biden, sometido a una fuerte presión de los republicanos, que le exigen medidas migratorias enérgicas como condición para dar su visto bueno en el Congreso a más ayuda para Ucrania.
Por el momento se desconocen los detalles de las negociaciones en el Congreso pero Biden podría endurecer la política migratoria, dado que también enfrenta críticas de gobernadores demócratas desbordados por el flujo de migrantes.
Bárcena, que encabeza una delegación de alto nivel, se declaró dispuesta a abordar «los factores que contribuyen a la migración irregular» y espera que otros países de la región «se solidaricen con México y con Estados Unidos». «No es un problema solo de nosotros», sostuvo.
– Ayuda de Guatemala –
En este sentido Blinken dice contar con el nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, para que les eche una mano.
Su investidura «abre una nueva e importante área de cooperación en materia de migración entre nuestros tres países», estimó.
«No se esperan grandes anuncios» de la reunión, aclaró el jueves una funcionaria estadounidense que pidió el anonimato en una rueda de prensa telefónica.
La crisis migratoria cobra especial interés en este año electoral en ambos países, con presidenciales en junio en México y en noviembre en Estados Unidos, en las que Biden podría tener como rival a su predecesor, el republicano Donald Trump.
– Dos caminos –
La tensión entre demócratas y conservadores por la crisis migratoria salpica a México.
Trump amenazó con cerrar la frontera con su vecino y con llevar a cabo «la mayor operación interna de expulsión» de la historia si regresa a la Casa Blanca porque considera que los migrantes «envenenan la sangre» del país.
Por de pronto el gobierno de López Obrador lidia con el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott.
Este simpatizante de Trump ha impedido el acceso de la patrulla fronteriza federal a un sector de la frontera.
El viernes pasado una mujer y dos niños mexicanos murieron ahogados cuando intentaban cruzarla sin que los agentes federales tuvieran acceso al lugar para prestarles asistencia.
México ha tenido otros encontronazos con él.
El país latinoamericano ya protestó por las boyas y el alambre de púas colocados en el río Grande y por una ley de Texas que criminaliza a los migrantes que entren de manera irregular en ese estado al permitir detenerlos.
Sin embargo parecen haber quedado atrás los constantes reproches de los republicanos que acusaban a México de no hacer lo suficiente contra el tráfico de fentanilo llevado a cabo, según Washington, por los cárteles de la droga mexicanos.
La relación entre México y Estados Unidos es «fuerte, resistente, profunda y afectuosa», afirmó Bárcena quién, citando al poeta estadounidense Robert Frost, estima que los dos países tienen que elegir entre dos caminos y están optando «por el menos transitado pero que va a hacer la diferencia», el de ser grandes aliados.