El duro castigo que le impuso el viernes un juez de Nueva York a Donald Trump y a su negocio familiar implica un serio golpe para el expresidente en un mercado en el que durante mucho tiempo jugó de local.
El fallo incluye multas por unos 355 millones de dólares y una inhabilitación de tres años para ejercer como funcionario o director de cualquier corporación de Nueva York, así como para solicitar préstamos.
La sentencia mantiene el monitor independiente que supervisó a la familia Trump, y añade un director de cumplimiento independiente.
«En muchos aspectos, el negocio sigue siendo propiedad de la familia, pero fuera del control de la familia», dijo Will Thomas, profesor de derecho empresarial de la Universidad de Michigan.
Aunque se espera que Trump apele el fallo, expertos legales no ven cómo pueda esquivar la multa de 355 millones de dólares, que esencialmente debe pagarse de inmediato.
En lugar de pagar la suma total, Trump podría obtener una fianza. Pero conseguir una fianza requiere un pago por adelantado del 10% (o 35 millones de dólares), que Trump no recuperaría ni con una apelación exitosa, indicó Brian Quinn, profesor de la Facultad de Derecho del Boston College.
Si bien Trump es conocido por llevar al límite e incluso ganar los desafíos legales que enfrenta, las autoridades gubernamentales del estado de Nueva York tienen influencia sobre la empresa.
Las propiedades de la compañía en el estado incluyen la Trump Tower, el edificio 40 Wall Street y el hotel Trump Park Avenue.
Si Trump no honra el acuerdo, esos activos le podrían ser confiscados.
– Monitor independiente –
Según Forbes, el valor estimado de los activos inmobiliarios de Trump en Nueva York es de unos 690 millones de dólares.
La publicación estima la fortuna del expresidente en 2.600 millones de dólares, incluidos 870 millones en clubes de golf y complejos turísticos, 190 millones en bienes raíces fuera de la ciudad de Nueva York y 640 millones en «efectivo y activos personales».
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, ha hecho énfasis en las artimañas empresariales de Trump y sus hijos, y el viernes dijo que Trump «finalmente enfrentaba responsabilidad por sus mentiras, trampas y asombroso fraude».
El expresidente, que busca una tercera candidatura a la Casa Blanca, sigue siendo ampliamente impopular en su ciudad natal y perdió por lejos en el estado de Nueva York en las elecciones de 2016 y 2020.
A Trump lo quieren más en Florida, donde tiene entre sus activos el club Mar-a-Lago, el resort Trump National Doral en Miami y tres casas.
Sin embargo, incluso si Trump quisiera trasladar la sede de su emporio a Florida, necesitaría estar calificado para hacer negocios en Nueva York, dijo Quinn.
La prohibición de tres años a Trump, y de dos años a sus hijos Eric y Donald Jr., también implica que no podrán realizar adquisiciones, solicitar préstamos ni refinanciamiento.
«No hay nada que le impida poseer acciones o propiedad» sobre bienes, indicó Quinn, y agregó, «simplemente se le vuelve muy difícil hacer negocios».
Thomas dijo que trasladar una empresa a otro estado hace todo mucho más difícil cuando de por medio hay un fallo legal en su contra, incluso en otra jurisdicción.
En el próximo paso, la corte determinará exactamente cómo manejará el negocio bajo la supervisión del monitor independiente, ya no con los Trump, señaló Thomas.
«Las propiedades de Nueva York son las que están sobre todo bajo el control de la corte», según Thomas. «Pero para el resto de la organización Trump será difícil escapar de las restricciones de esta sentencia».