A final de este mes entrarán en funcionamiento los cuatro carriles del desnivel de la 27 de Febrero con Máximo Gómez, y a mediados de abril se prevé la entrega completa de la obra, que viene funcionando “a medias” tras el derrumbe del 18 de noviembre por el disturbio meteorológico.
El tramo vial por dónde se movilizan unos 120 mil vehículos diario, entró en su etapa final y se agiliza la rehabilitación con anclajes, vigas de arriostramiento y drenajes para grandes volúmenes de agua.
Roberto Herrera, viceministro de Supervisión y Fiscalización de Obras Públicas y el geólogo Osiris de León, quien preside la Comisión Independiente de Evaluación de Vulnerabilidades de Infraestructuras, dieron a conocer la fecha en que concluyen los trabajos y nivel de los mismos.
“Se trabaja aceleradamente en la terminación del muro noroeste colapsado, el cual ya tiene colocados parte de sus pernos o ejes de anclajes, y esperamos en breve plazo se coloque la tercera línea de anclajes, que va en el nivel superior del muro, y su objetivo es anular cualquier posible desplazamiento lateral del muro”, externó De León.
Explicó que la tercera línea de pernos de anclajes todavía no se ha colocado porque el contratista, en un ejercicio de prudencia la dejó para un poco más adelante debido a la presencia bajo el pavimento de una tubería de agua potable, de gran diámetro, que coincide con la misma y no puede ser tocada ni perforada porque generaría grandes escapes de agua, y por ello se busca el mejor lugar para anclar sin ponerla en peligro y la comisión sugirió importantizarla.
“De igual modo, los pernos de anclajes del muro noreste, fallado en noviembre de 1999, ya están colocados y probados a tracción para confirmar que cumplen con la resistencia de diseño, y las pruebas superaron la resistencia de diseño”, precisó De León.
Detalla El Día que ambos expertos esperan un excelente comportamiento estructural ante los máximos empujes hidrostáticos generados por cualquier evento hidrometeorológico extremo.
Prioridad
— Muro norte
De León indicó que priorizaron los muros lado norte, que fallaron en 1999 y 2023, porque reciben fuertes empujes hidrostáticos en períodos de lluvias torrenciales debido a que el agua subterránea fluye de norte a sur, hacia su descarga en mar Caribe.