Durante los dias del jueves 21 al domingo 24, Santo Domingo fue la capital Internacional del Bonsai, con la presencia de artistas internacionales ? y nacionales que ofrecieron decenas de talleres sobre este antiquísimo arte japonés junto a la mayor exposición de este arte montada en el país en un evento que impacta por la belleza y la armonía que de estas piezas, árboles vivos entrenados para mostrar su belleza a partir de un tratamiento que en algunos casos tiene 30 y hasta 40 años.
Era XIV Congreso Internacional de Bonsai y Suseiski, en las tres plantas del Monumento a Fray Antón de Montesinos, en el cual se expusieron de más de 300 plantas entrenadas en el país durante años se expuso el trabajo cultivado por artistas dominicanos, en una muestra que sorprendió a los espectadores que hicieron el recorrido por estas obras de un arte basado en el amor por la naturaleza.
Los invitados internacionales no trajeron ejemplares por las limitaciones fitosanitarias y logísticas para el transporte de estos árboles de estatura definida por el manejo, pero por suerte los bonsaistas dominicanos tenían suficientes ejemplares para lograr una muestra – probablemente la mayor que hayan montado nunca antes.
Los expertos internacionales que estuvieron en el XIV Congreso, montado por la Federación Latinoamericana y Caribeña de Bonsai fueron: Carlos Tramujas (Brasil); Sergio Luciani (Argentina); Moacir Pereyra (Brasil); Enrique Castaño. (México); José O. Rivera y Pedro Morales (Puerto Rico); Václav Novak (República Checa) y W?odzimierz Pietraszko (Polonia).
También vinieron al país: Lee Cheol Ho (Corea); K?stutis Ptakauskas (Lithuania) y Robert Kempinski (Estados Unidos). Los artistas nacionales participantes fueron: Leonardo Pichardo y Robert Sandro Rivera.
La exposición
Recorrer la exposición montada, en cada una de sus muestras, en cada receptáculo, en cada maceta, el espectador podía llenarse con la belleza, con imaginarse el trabajo que debe haberse desarrollado para lograr estos resultados. Lo que puede quedar como percepción, puede que nos sorprenda:
El bonsai es un arte y una técnica que cultiva la paciencia, el sentido de constancia, la persistencia en metas a largo plazo, el amor entregado a lo más simple cada día, la certidumbre de mejorar la condición personal por medio de la combinación de arte y naturaleza.
Dentro de programa del XIV Congreso Internacional de Bonsai, se ofrecieron talleres de Origami, a cargo de la Sociedad Dominicana de Origami. Los facilitadores fueron José Rafael Sosa y Giovanni Pastrano.
Los talleres fueron desarrollados con participantes de 10 paises participantes en el evento y público juvenil que acudió a la convocatoria,
El bonsai impulsa la actitud hacia las buenas acciones. Un practicante de bonsai, es un ser humano dotado de enorme capacidad de bondad, de entrega a los demás y practicante de la belleza.
Su historia
El Bonsái es un arte que combina técnicas de horticultura y principios estéticos asiáticos en una forma única. El arte se originó en el imperio Chino y fue copiado y adaptado por los Japoneses a lo que hoy conocemos como Bonsái. Traducido literalmente “bon-sai” significa “plantado en un contenedor”.(1)
El origen del bonsái lo encontramos en la antigua China. Hace más de dos mil trescientos años los emperadores chinos de la Dinastía Qin cultivaban para su recreo unos árboles “enanizados” que llamaban punsai o pun-sai. Al principio, el fenómeno no estaba manipulado por el hombre. Los árboles no alcanzaban su desarrollo natural debido a situaciones y condiciones del terreno, el clima, la irrigación o el tipo de suelo . Pero en es Japón, donde encuentra, siglos más tarde, su sentido de ser y su desarrollo técnico, además del aspecto trascendente en lo existencial.
Un arte singular
El bonsai no es un hobbie de cultivar árboles enanos, Es el arte de transformar la vida propia, amando la naturaleza de forma especial.
Las definiciones didácticas y ortodoxas del Bonsai coinciden en que se trata del cultivo de árboles arbustos en macetas, controlando las dimensiones y expansión por medio de las técnicas de trasplante, la poda, el alambrado o el pinzado, de forma tal que se mantengan de un tamaño mucho menor al que alcanzan en circunstancias naturales. Pero esa es una descripción operativa, directa, utilitaria.
El bonsai es una forma de vivir la existencia. El bonsai es el arte aplicado al crecimiento personal y social. Es una filosofía que se vive por medio del cuidado de una de las expresiones más puras de la vida: los árboles.
Es una actividad terapéutica que ayuda a superar condiciones de salud, sobre psicológicas. Es? una filosofía de vida, de identidad con la naturaleza.
¿Qué dice la ciencia?
Un estudio realizado en la Universidad de Ciencias de la Vida y el Medio Ambiente de Breslavia, Polonia, en 2008 caracterizaba e?l bonsai como una “disciplina especial del conocimiento, conectada con la filosofía, la pintura, la escultura, la arquitectura y la jardinería”.
Una experiencia de científicos cubanos hace unos años destacaba que la práctica del bonsái como terapia con adultos mayores dio resultados positivos en relación con “la estimulación de la creatividad, la socialización y la percepción de utilidad” de esas personas.
Una investigación de 2017 -realizada por científicos japoneses- comprobó que la mera contemplación de bonsáis permite reducir el estrés y contribuir con un estado de relajación fisiológica y psicológica en pacientes con lesión en la médula espinal.
En 2018, una psicóloga sudafricana publicó un estudio titulado “Influencia del bonsái en la salud y el bienestar como recurso sin explotar”, destaca que esta disciplina “integra la relajación, el ocio y la terapia artística en un medio que puede tener valor personal, emocional, comercial y curativo”.
¿Qué es FELAB?
La Federación Latinoamericana y Caribeña del Bonsái y Suiseki (un arte vinculado a la observación de piedras y del cual escribiremos en otra oportunidad), también conocida por sus siglas como FELAB, es una entidad sin ánimo de lucro, constituida hace 30 años con el fin de promover el arte del bonsái en la región de Latinoamérica y el Caribe.
Está conformada por clubes y asociaciones y personas independientes, así como otras entidades públicas o privadas cuya actividad preponderante es la del arte del bonsái, en sus diversas modalidades.