El 3 de abril de 1973, en New York, el ingeniero de Motorola Martin Cooper realizaba la primera llamada desde un teléfono celular, aunque según sus propias palabras, más difícil que inventarlo fue decidir a quién efectuar esa primera e histórica comunicación.
Hasta finales del siglo XIX la comunicación inalámbrica era utilizada principalmente por la industria marítima, pero a principios del siglo XX se dieron los primeros pasos para usos terrestres, cuerpos de policía, bomberos, bancos y bolsas de comercio fueron las primeras en sumarse.
EEUU en 1946 fue el primer país en liberar este servicio para usuarios particulares, la compañía AT&T comercializaba el Mobile Telephone System de 6 canales y en 1968 introduce el Improved Mobile Telephone Service de 44 canales, pero estos no dejaban de ser transmisores de frecuencia fija o sea cada teléfono era una estación de radio para un área determinada.
En 1947 Douglas Ring, un ingeniero de Laboratorios Bell, le presenta a los directivos de AT&T la teoría del teléfono «Celular».
El complejo sistema se basaba en dividir el territorio en celdas o células, cada una con una antena para aprovechar más eficientemente el espectro y utilizar la misma frecuencia en varias zonas a la vez.
Lo complejo era que los teléfonos debían funcionar con frecuencias muy altas, cuando un usuario pasa de una célula a otra el sistema debería detectar el cambio, e hilar las frecuencias en tiempo real para que la comunicación no se corte.
Para manejar tanta información, usuario, ubicación de la celda de origen, celda de destino y detectar los cambios de ubicación de alguna de ellas era necesario manejar un volumen de información y una base de datos inmanejable para la época, esto retrasó las posibilidades reales de implementación por más de 20 años.
Hacia finales de los años ’60 las grandes empresas de telecomunicaciones estaban lanzadas en la carrera por ser el primero en lograr implementar el sistema, cuando parecía que los Laboratorios Bell de AT&T a cargo de Joel Engel serían los ganadores sucedió algo inesperado.
Martin Cooper, un experimentado y extrovertido ingeniero de Motorola se adelantó a sus competidores inventando el DynaTAC 8000X, un voluminoso y extremadamente pesado teléfono, que, pese a su tosquedad, funcionaba.
La empresa programó una ostentosa presentación en el Hotel Hilton de New York, pero Cooper quería llegar con la primera llamada formal realizada y no pasar un papelón con una fallida prueba.
Motorola aceptó su plan, pero al tratarse de una comunicación histórica, ¿a quién llamar? ¿Al presidente?, ¿A un canal de televisión?, cuando Cooper les dijo a quién quería llamar, nadie aprobó su idea, sin embargo, se saldría con la suya.
El 3 de abril de 1973, Martín Cooper salió a la calle para caminar hasta el Hotel Hilton, caminó un par de cuadras por la sexta avenida, sacó su voluminoso aparato y marcó el número de los Laboratorios Bell de AT&T, su adversario tecnológico, cuando lo atendieron pidió que lo comunicaran con Joel Engel, este levantó su teléfono y quedó atónito cuando Cooper le dijo «Lo estoy llamando desde el primer teléfono celular de la historia, en 10 minutos prenda su televisión, me verá presentándolo en el Hilton».