Boeing defendió este lunes sus prácticas de seguridad y destacó protocolos de prueba de sus aviones mientras se prepara para una dura audiencia en el Congreso de Estados Unidos, en la que participarán críticos del gigante de la aviación.
«Boeing confía en la seguridad y durabilidad de los 787 y 777», dijo la compañía en una rueda de prensa con dos ingenieros expertos, quienes resumieron las pruebas con las que buscan refutar acusaciones de que unos 1.400 aviones Boeing tienen importantes problemas de seguridad.
La audiencia del miércoles en el Senado incluirá el testimonio del ingeniero de Boeing Sam Salehpour, quien la semana pasada acusó públicamente a la compañía de tener prácticas de seguridad deficientes y de tomar represalias contra él por hablar del tema.
La audiencia se enmarca en el intenso escrutinio que reguladores y políticos ejercen sobre Boeing tras el aterrizaje de emergencia de un vuelo de Alaska Airlines el 5 de enero, debido a que un panel del fuselaje del aparato, un 737 MAX, explotó en el aire.
Salehpour dice, entre otras acusaciones, que el 787 Dreamliner contiene espacios entre piezas muy por encima de los estándares de la compañía, lo que crearía condiciones inseguras «con accidentes potencialmente catastróficos» al «causar una falla prematura por fatiga sin previo aviso».
Steve Chisholm, jefe de Ingeniería Mecánica y Estructural de Boeing, dijo a los periodistas que «se encontró cero fatiga» en las pruebas.
«No nos sorprendió que no hubiese hallazgos de fatiga», dijo, quien señaló que los materiales compuestos del 787 se eligieron porque no se fatigan ni se corroen como los metales tradicionales.
Si bien Boeing sostiene que alrededor del 99% los espacios entre piezas se ajustan al estándar de 0,005 pulgadas, un pequeño porcentaje lo supera.
«Estamos hablando de 150 libras en una estructura que debe soportar una carga de miles de libras. Esta no es una carga grande», dijo Chisholm. «Es aceptable».