El juez del histórico juicio a Donald Trump en Nueva York, amenazó este lunes al expresidente con la cárcel en caso de que siga violando su orden que le prohíbe hablar mal de los testigos, el jurado y personal del tribunal en público.
El juez Juan Merchan le impuso una nueva multa de 1.000 dólares, que se suma a otras sanciones por 9.000 por nueve violaciones previas de la orden judicial que le prohíbe referirse a lo relacionado con el juicio en sus redes sociales.
En su decisión, el juez le advirtió que debido a que ésta es la décima vez que el tribunal le ha hallado culpable de desacatar sus órdenes, «parece claro que las multas no bastarán para disuadir al acusado de violar las órdenes legales».
«Por mucho que no quiera imponerle una sanción de cárcel… quiero que entienda que lo haré», advirtió el juez Merchan al primer expresidente en la historia de Estados Unidos que se sienta en el banquillo.
En esta ocasión, a Trump se le multa por haber criticado en una entrevista la velocidad (una semana) con la que se escogió al jurado y su supuesta composición en una ciudad mayoritariamente demócrata.
Trump, republicano de 77 años, está acusado de 34 falsificaciones de documentos comerciales para reembolsar a su entonces abogado personal Michael Cohen el pago de 130.000 dólares para comprar el silencio de la exactriz porno Stormy Daniels pocos días antes de las elecciones de 2016, que ganó contra la demócrata Hillary Clinton.
«Al final del día tengo un trabajo que hacer y parte de ese trabajo es mantener la dignidad del sistema de justicia», dijo el juez, calificando el desafío de Trump como un «ataque directo al Estado de derecho».
El juez reconoció que ponerlo tras las rejas por desacato sería una decisión importante y un reto logístico.
Como expresidente, Trump recibe protección las 24 horas del Servicio Secreto de Estados Unidos y Merchan dijo: «Lo último que quiero hacer es meterte en la cárcel». Y agregó: «También me preocupa la gente que tendría que ejecutar» ese arresto.
– «Crisis» –
Los fiscales llamaron luego a su siguiente testigo, Jeffrey McConney, un ejecutivo de la Organización Trump que explicó al jurado sobre los reembolsos a Cohen por el dinero pagado a Daniels para mantener su silencio.
Se espera que Daniels, de 45 años, y Cohen, de 57, el exabogado de Trump que se ha convertido en su enemigo jurado, testifiquen en algún momento durante el juicio que se lleva a cabo en el Tribunal Superior de Manhattan.
Hope Hicks, exasesora cercana de Trump, habló la semana pasada sobre la «crisis» que afectó la campaña presidencial de 2016 después de que apareciera una grabación en la que el magnate presumía de que alguien famoso como él podía permitirse cualquier cosa para conquistar a las mujeres, tocarles los genitales sin que se inmutaran.
Hicks reconoció que estaba «un poco aturdida» por aquella grabación denominada «Access Hollywood».
«Todos estábamos de acuerdo en que la cinta era perjudicial, era una crisis», sostuvo Hicks, que fue una pieza clave en las etapas finales de la exitosa campaña presidencial de Trump en 2016, cuando supuestamente se realizaron los pagos a Daniels.
Según los fiscales, el pánico por la grabación desencadenó un esfuerzo de la campaña de Trump para silenciar a Daniels, que amenazó con hacer pública una supuesta relación extramatrimonial que habría mantenido en 2006 con el magnate, y que éste siempre ha negado.
El pago en sí no es un delito. Pero Trump está acusado de disfrazarlo como gastos legales de su abogado.
En plena campaña electoral, Trump se considera víctima de una «caza de brujas» y de una conspiración legal de los demócratas con el actual presidente Joe Biden al frente, para impedirle que realice su anhelado regreso a la Casa Blanca.
Además del caso de Nueva York, Trump ha sido acusado en Washington y Georgia de conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020 que ganó Biden, y de llevarse a su casa de Florida documentos altamente secretos que podían comprometer la seguridad del Estado al terminar su presidencia en 2021.