Arabia Saudita planea construir la piscina infinita más larga del mundo en la región de Treyam en Neom, lo que marcará un hito en la arquitectura global y el diseño contemporáneo.
Con 457 metros de largo y suspendida a 67 metros sobre el nivel del mar, esta estructura promete ser casi cuatro veces más larga que la actual piscina infinita récord ubicada en Dubai, que tiene una longitud de 120 metros.
Este proyecto es una pieza clave de Vision 2030, liderado por el polémico príncipe heredero Mohammed bin Salman, que busca redefinir a Arabia Saudita como un destino de lujo y un centro de innovación.
El ambicioso plan se sitúa en Neom, una zona que se encuentra en el extremo sur del Golfo de Aqaba. Representantes del proyecto describen a Treyam como un “resort premier” destinado a la “aventura y el empeño”, debido a que ofrece diferentes actividades como vela, buceo y otros deportes acuáticos. Además de las instalaciones recreativas, se promete a los visitantes una experiencia enriquecedora con “ofertas de salud y bienestar mejoradas por la tecnología”.
Un comunicado de Neom señaló que el diseño de la piscina “representa una fusión armoniosa de diseño contemporáneo y mínimo impacto ambiental, al tiempo que promete a los huéspedes un retiro incomparable para relajarse y rejuvenecer en medio de impresionantes vistas naturales”. Este proyecto busca sobrepasar los límites de la ingeniería y la arquitectura, además de también ofrecer una experiencia única para los visitantes en un entorno de belleza natural.
Las adversidades en la construcción de la piscina infinita más larga del mundo.
La realización de proyectos de esta magnitud y vanguardia no está exenta de críticas y desafíos. Recientes informes indican que las realidades de las inversiones de billones de dólares están comenzando a generar alarmas en los más altos niveles del gobierno saudita. A esto se suma la preocupación por las alegaciones de que se utilizó fuerza letal para desalojar a las personas que vivían en las tierras destinadas para una parte del proyecto conocido como The Line, lo cual ha sido poblado mayormente por la tribu Huwaitat. Según reportó BBC News, un coronel saudita exiliado declaró que se le ordenó despejar el área.
Este tipo de desarrollos plantea preguntas sobre el equilibrio entre la innovación arquitectónica y sus impactos sociales y ambientales. La visión de transformar Arabia Saudita en un destino turístico de lujo y un hub de innovación conlleva tanto oportunidades como desafíos intrínsecos a la gestión del cambio y al respeto por las comunidades y entornos afectados. “Los recientes informes de desalojos forzosos relacionados con el proyecto The Line plantean preguntas sobre las implicaciones éticas de estos desarrollos a gran escala”, señaló un analista del sector.