La defensa de Donald Trump atacó este jueves a su exabogado Michael Cohen, cuestionando su memoria y tratando de socavar su credibilidad en este primer juicio penal a un expresidente estadounidense.
Desde el principio, el equipo de la defensa ha tratado de presentar a Cohen, testigo clave en este juicio, como un exempleado despechado que busca venganza.
Trump está acusado de 34 delitos de falsificación de registros empresariales para disfrazar como gastos legales el pago de 130.000 dólares a la exactriz de cine porno Stormy Daniels en la recta final de las elecciones de 2016 que ganó frente a Hillary Clinton.
Bajo la atenta mirada del magnate de 77 años, que pareció estar más alerta este jueves que en días pasados, el abogado defensor Todd Blanche arrancó su segunda ronda de interrogatorios haciendo hincapié en el historial de mentiras de Cohen.
Además de enumerar sus engaños, la defensa reprodujo fragmentos de los episodios de podcast del testigo en los que hablaba con frecuencia del expresidente.
«Más vale que te creas que quiero que este hombre caiga», dijo en un episodio de 2020.
Cohen, de 57 años, ha dicho en repetidas ocasiones en los interrogatorios que asume la «responsabilidad» de sus acciones y que ha afrontado las consecuencias. Fue condenado a tres años de cárcel en 2018 por mentir al Congreso y fraude electoral y fiscal por este caso.
Trump, por su parte, se ha quejado de que el juicio le impide realizar su campaña para volver a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre.
En un intento de politizar el juicio, en los últimos días se ha visto arropado por congresistas republicanos en la vetusta sala del tribunal penal de Manhattan. Este jueves fue el turno de Matt Gaetz y Lauren Boebert.
Fuera del tribunal, Trump volvió a despotricar contra «la estafa que es todo esto». «Llevo casi cuatro semanas sentado aquí. Y todavía nos queda un largo camino por recorrer», dijo.
El interrogatorio a Cohen proseguirá el próximo lunes ya que el viernes Trump asistirá a la ceremonia de graduación de su hijo menor, Barron, en Florida.
– ¿Testificará Trump? –
Blanche trató de irritar a Cohen, conocido por su temperamento explosivo, después de un inicio de semana más bien aburrido que hizo que algunos miembros del jurado empezaran a bostezar.
Pero Cohen, hombre para todo del magnate inmobiliario, no cayó en la trampa.
El jueves, cuando Blanche intentaba hacerle caer en una mentira sobre una llamada al guardaespaldas de Trump, se esforzó por aumentar el dramatismo, elevando el tono de su voz.
«Esto era mentira», dijo Blanche. «Admítalo».
«No señor», respondió Cohen. «No puedo».
La fiscalía ha informado que Cohen es su último testigo en el caso.
Su versión ha coincidido con las de otros dos testigos clave: Stormy Daniels, que dice haber recibido el dinero, y David Pecker, el otrora editor de tabloides que aseguró haber trabajado con Trump y Cohen para suprimir la cobertura negativa del aspirante a la Casa Blanca durante su primera campaña y comprar el silencio de otros denunciantes.
Trump niega haber tenido una aventura sexual con Daniels.
Aún no está claro si Trump subirá al estrado para testimoniar. El candidato republicano es famoso por considerarse su mejor defensor, pero los analistas creen que podría ser negativo.
Cuando el jurado empiece a deliberar, es posible que las semanas de testimonios por momentos salaces permanezcan en su mente, pero también tendrán montones de documentos que examinar.
Los doce miembros del jurado tendrán que determinar por unanimidad si el magnate ordenó la falsificación de documentos y si lo hizo con la intención de influir en el voto presidencial de 2016.
Los fiscales detallaron minuciosamente esta semana los presuntos delitos, como la emisión de 11 cheques -la mayoría firmados por Trump- a cambio de facturas que, según Cohen, fueron falsificadas para encubrir el reembolso del dinero por silencio.
Si Trump no testifica, los argumentos finales podrían ser ya el martes. Después el jurado se retirará a deliberar para sellar la suerte del magnate, que denuncia ser víctima de una caza de brujas y de interferencia electoral.