China consideró el martes como una «confesión de la independencia de Taiwán» el discurso de asunción del presidente Lai Chin-te y amenazó de «represalias» a la isla considerada por Pekín como una provincia rebelde.

Ese discurso, pronunciado el lunes, «puede describirse como una verdadera confesión de la independencia de Taiwán», señaló la Oficina China de Asuntos Taiwaneses.



«China tomará represalias para castigar [a las autoridades políticas de la isla] por colusión con fuerzas exteriores en sus provocaciones a favor de la ‘independencia'», agregó.

Poco antes, el gobierno comunista chino fustigó el mensaje de felicitaciones enviado a Lai por el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, quien elogió al pueblo taiwanés por «demostrar la fortaleza de su sistema democrático robusto y resiliente».



En su discurso de toma de posesión, Lai instó a China a poner fin a la «intimidación» política y militar contra Taiwán y a «mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y en la región».

Aseguró además que había «llegado una gloriosa época para la democracia de Taiwán» y agradeció a los ciudadanos por «rechazar la influencia de fuerzas externas» y «por defender firmemente la democracia».

Taiwán y China están separadas de hecho desde 1949, cuando los comunistas vencieron la guerra civil contra los nacionalistas, que se pertrecharon en la isla.