Garry Conille juró el lunes oficialmente como primer ministro de Haití, país sumido en una grave crisis política, humanitaria y de seguridad.
Tras semanas de conversaciones, el consejo presidencial de transición nombró la semana pasada a Conille, de 58 años, como primer ministro interino de Haití.
Este médico de formación, que ya fue primer ministro durante un breve periodo entre 2011 y 2012, era hasta ahora director regional de Unicef.
«Pongámonos a trabajar y les aseguro que cumpliremos lo prometido», declaró durante la ceremonia en Villa d’Accueil, edificio oficial del gobierno en la capital, Puerto Príncipe.
«Este acto le faculta para iniciar el proceso de formación de gobierno de acuerdo y en consulta con el consejo presidencial», declaró Edgard Leblanc Fils, presidente del consejo.
«Contamos con el Dr. Conille para aplicar las políticas acordadas con el consejo presidencial, con el fin de abordar el problema de la inseguridad en particular, así como para mejorar la economía del país, reformar sus instituciones y celebrar elecciones creíbles, democráticas y libres para finales de 2025», añadió.
El consejo se creó tras la dimisión en marzo del primer ministro Ariel Henry ante el recrudecimiento de la violencia de las bandas criminales en el país.
El nombramiento de un jefe de gobierno se esperaba desde hacía tiempo, pero el consejo presidencial de transición, creado en abril, estaba sumido en luchas de poder.
A finales de febrero, bandas lanzaron ataques coordinados contra lugares estratégicos de Puerto Príncipe, alegando que querían derrocar a Henry.
Puerto Príncipe está en un 80% en manos de esas pandillas, acusadas de numerosos abusos, en particular asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros.