Pedernales. En cada oficina del Estado en esta frontera hay de uno hasta tres vehículos en franco deterioro, convirtiendo la zona en una cuna de chatarras vehicular del tren gubernamental.

«A lo que a nada nos cuesta hagámosle fiesta» dice el refrán popular, aplicado en este sector fronteriza con los vehículos del Estado que no se venden, ni lo alquilan, mucho menos lo prestan, en medio del descuido y el total abandono.



Durante un periplo por las instalaciones del Estado, entre ellos la Dirección General de Desarrollo Fronterizo (DGDF), Salud Pública, Gobernación Provincial, Agricultura, entre otras, observamos hasta 10 vehículos abandonados.

Detalla Julio Gómez que desde los gobiernos del fenecido doctor Joaquín Balaguer, hasta la fecha tractores, grader, palas mecánicas, ambulancias y vehículos de trabajo, se observan colocados en parqueaderos hasta por el pinche de un neumático.