Acabando con una sequía que se remontaba a 2008, los Boston Celtics vencieron el lunes por un rotundo 106-88 a los Dallas Mavericks de Luka Doncic y finiquitaron las Finales de la NBA por un global de 4-1.
La franquicia verde suma así 18 anillos y rompe el empate que mantenía con Los Angeles Lakers para volver a ser la más laureada de la historia de la liga de básquet norteamericana.
«Oh, Dios mío, lo hicimos. Es una sensación surrealista. ¡Lo hicimos!», clamó en la pista un emocionado Jayson Tatum, el líder de los Celtics.
Pese a que Tatum fue el mejor jugador de esta noche memorable en el TD Garden, con 31 puntos y 11 asistencias, el premio MVP (Jugador Más Valioso) de las Finales recayó en su gran socio, Jaylen Brown, por su mayor regularidad en la serie y su defensa de Doncic.
«Fue un esfuerzo de todo el equipo y comparto esto con mis hermanos y mi socio, Jayson Tatum, que ha estado siempre conmigo. Así que lo compartimos juntos», dijo Brown, que anotó 21 puntos, al recoger el galardón.
«Muy merecido, estoy extremadamente feliz por él. Nuestro principal objetivo era ganar el campeonato, no nos importaba quien ganara el MVP», afirmó después Tatum, quien jugará con Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de París.
Después de siete temporadas juntos, la pareja conocida como los ‘Jays’ alcanzó su ansiado primer anillo en una dominante campaña en la que borraron el sinsabor de la derrota en las Finales de 2022 ante los Golden State Warriors.
Luka Doncic, que cerró las primeras Finales de su extraordinaria carrera con 28 puntos y 12 rebotes, admitió la superioridad de los Celtics pero hizo un reconocimiento a la trayectoria de su equipo, invitado inesperado a estas Finales tras ser el quinto sembrado de la Conferencia Oeste.
«No ganamos pero hicimos una gran temporada y estoy orgulloso de cada uno de ellos», afirmó el esloveno. «Ellos son un gran equipo, llevan mucho tiempo juntos y han tenido que pasar por todo, así que tenemos que fijarnos en ellos».
Pese a ser humillados el viernes en Dallas por 38 puntos de ventaja, los Celtics saltaron a la cancha decididos a aprovechar su segunda oportunidad y festejar junto a sus 19.000 aficionados.
La 18º corona de Boston, en 23 Finales disputadas, restaura el orgullo de una franquicia que, después dominar la NBA durante décadas, apenas había colgado una bandera de campeón desde el último título del mítico Larry Bird en 1986.
– «Muchas dificultades» –
Bajo una atmósfera eléctrica en el TD Garden, los Mavericks se vieron superados desde el inicio y se despidieron del sueño de ser el primer equipo en la historia que remontara una desventaja de 3-0 en playoffs.
Doncic no pudo dominar el juego como en su exhibición del viernes y Kyrie Irving se quedó en 15 puntos en otra frustrante noche en Boston, donde sigue siendo el enemigo número uno desde su controvertida marcha de los Celtics en 2019.
El apagón de las superestrellas de Dallas dejó el partido en manos de la orquesta de los Celtics, con algunos de los mejores secundarios de la liga como los bases Jrue Holiday (15) y Derrick White (14), símbolo del deseo de triunfo de Boston al golpearse el rostro en el suelo en la lucha por una pelota y dañarse un diente.
El dominicano Al Horford (9) fue otro de los jugadores más celebrados al inaugurar su palmarés con 38 años y 17 temporadas en la liga.
«Hemos pasado por muchas dificultades en los últimos años. En 2023 tuvimos una derrota descorazonadora contra Miami en el séptimo partido (de las Finales del Este). El año anterior contra Golden State. Pero este equipo resistió y siguió trabajando», destacó.
Primer dominicano en proclamarse campeón, Horford es dos años más mayor que su entrenador Joe Mazzulla, que a sus 35 se consagró como el entrenador campeón más joven desde el mítico Bill Russell en 1967 también con los Celtics.
– Decepción de Dallas –
Los Mavericks necesitaban marcar el ritmo temprano como en su único triunfo de la serie pero Doncic e Irving se mostraron muy imprecisos fallando sus cinco primeros lanzamientos.
Los Celtics aprovecharon una bajada de guardia de Dallas para anotar nueve puntos consecutivos en un frenético minuto, que les daba una ventaja de 28-18 al final del primer cuarto.
Tras estrenar tarde su casillero, Tatum fue entrando en calor y asaltando una y otra vez la pintura de los locales.
En un castigo ya letal para Dallas, los Celtics volvieron a golpear al final del cuarto con un triple desde media cancha de Payton Pritchard sobre la bocina que llevó el éxtasis a las gradas.
Boston escaló así su ventaja de 67-46 y no se relajó a la vuelta del vestuario ante unos Mavericks que tampoco supieron rebelarse ante su ineficacia desde la línea exterior.
Entre Doncic e Irving apenas anotaron uno de los primeros 13 triples que intentaron, facilitando el trabajo de la reputada defensa de los Celtics, que impidió que los Mavericks pusieran en riesgo la fiesta ya desatada en Boston.