El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió que la sentencia de la Corte Suprema sobre la inmunidad presidencial sienta un «peligroso precedente» que Donald Trump podría aprovechar si es electo en noviembre.
La Corte Suprema de Estados Unidos, de mayoría conservadora, dictaminó que Trump -y todos los presidentes- tienen «inmunidad absoluta» frente a procesos penales por «actos oficiales» durante su mandato, pero aún pueden enfrentar sanciones penales por «actos no oficiales».
«En la práctica, la decisión de hoy significa casi con toda seguridad que no hay límites a lo que un presidente puede hacer. Este es un principio fundamentalmente nuevo, y es un precedente peligroso», dijo Biden en un discurso en la Casa Blanca.
La sentencia adoptada por seis votos de los magistrados conservadores contra tres de los progresistas, puede retrasar aún más un proceso federal contra Trump, acusado de cargos penales por sus intentos de anular la derrota en las elecciones de 2020 frente a Biden.
El juicio de Trump por este caso debería haber comenzado el 4 de marzo, mucho antes de su revancha electoral en noviembre contra Joe Biden, pero la Corte Suprema aceptó en febrero examinar el argumento sobre la inmunidad presidencial, dejando el caso en suspenso.
«El pueblo estadounidense debe decidir si quiere confiar… una vez más, la presidencia a Donald Trump, sabiendo que ahora estará más envalentonado para hacer lo que quiera, cuando quiera», dijo Biden.
El presidente de la Corte Suprema, el conservador John Roberts, escribió en nombre de la mayoría que un presidente «no está por encima de la ley», pero tiene «inmunidad absoluta» frente a un proceso penal por actos oficiales realizados mientras estaba en el cargo.
«Por lo tanto, el presidente no puede ser procesado por ejercer sus poderes constitucionales básicos y tiene derecho, como mínimo, a una presunta inmunidad procesal por todos sus actos oficiales», dijo Roberts.
«En cuanto a los actos no oficiales de un presidente, no hay inmunidad», añadió Roberts.
Tanto un tribunal de distrito como un panel de tres jueces de la corte de apelaciones rechazaron el reclamo de inmunidad por parte de Trump.
Pero con la nueva sentencia y a sólo cuatro meses de las elecciones presidenciales, la máxima corte envió el caso de nuevo a un tribunal inferior para determinar cuáles de los cargos que enfrenta el expresidente implican una conducta oficial.
Trump es acusado de conspirar para defraudar a Estados Unidos, así como de obstruir un procedimiento oficial, es decir la sesión conjunta del Congreso celebrada el 6 de enero de 2021 para certificar la victoria de Biden.
El expresidente de 78 años también está acusado de conspirar para negar a los estadounidenses el derecho a votar y a que se cuenten sus votos.
– «¿Inmune?»-
La jueza Sonia Sotomayor recalcó que «nunca en la historia» del país «un presidente ha tenido motivos para creer que sería inmune a un proceso penal si utilizaba los atributos de su cargo para violar la ley penal».
«Por miedo por nuestra democracia, disiento», escribió.
«¿Ordena al Equipo Seal 6 de la Armada que asesine a un rival político? ¿Inmune? ¿Organiza un golpe militar para mantenerse en el poder? ¿Inmune? ¿Acepta un soborno a cambio de indulto? Inmune. Inmune, inmune, inmune», dijo.
El director adjunto de campaña de Biden, Quentin Fulks, expresó su indignación. «Acaban de entregar a Donald Trump las llaves de una dictadura», protestó.
– «Gran victoria» –
En mensajes en su red Truth Social, Trump calificó el dictamen de «gran victoria» para la «Constitución y democracia».
«La histórica decisión de hoy de la Corte Suprema debería poner fin a toda la cacería de brujas del corrupto Joe Biden contra mí», dijo.
En mayo, fue declarado culpable por un tribunal de Nueva York por «falsificación contable agravada para ocultar» los pagos hechos a una exactriz porno para que guardara silencio sobre una relación extramatrimonial que ella asegura haber mantenido con él en 2006, de modo que no le perjudicara en los comicios de 2016.
Conocerá la condena el 11 de julio.
Pero esta primera condena penal, sin precedentes para un expresidente de Estados Unidos, es la menos grave políticamente de las cuatro inculpaciones en lo penal y posiblemente sea la única antes de las elecciones.
A fuerza de recursos, los abogados de Trump han conseguido aplazar los otros juicios, a nivel federal por retención de documentos clasificados tras su salida de la Casa Blanca, y en los tribunales del estado clave de Georgia (sureste) por presunta injerencia electoral en 2020.
Si gana las elecciones, Trump podría -una vez que preste juramento en enero de 2025- ordenar la paralización de los procesos federales abiertos en su contra.