Amaury Mo 
En horas de la mañana de ayer, la jornada laboral en los sectores públicos y privados no fue detenida a pesar de los vientos del peligroso huracán Beryl categoría 4.
Es que ante el llamado del Ministerio de Trabajo de flexibilizar de manera voluntaria a las entidades en las provincias declaradas en alerta roja principalmente en Barahona y Pedernales creó gran malestar en ciudadanos del Distrito Nacional.
Algunos consultados por Olga Vergés omitieron sus nombres para no perjudicar sus puestos laborables coincidieron en que la decisión fue negligente por atentar contra la vida de las personas que aún en horas de la tarde se les dificultó conseguir un transporte en medio de las lluvias.
Cuestionaron además el viacrucis que viven para poder llegar a sus casas ya sea en el Metro, OMSA o un medio de transporte privado dado que su costo suele elevarse al doble a causa de los grandes entaponamientos que dejan las lluvias en las principales avenidas de la ciudad.
Otros señalaron que al tener que salir de sus jornadas laborables a su hora establecida los obliga hacer largas filas generándoles malestar en los comercios a causa de la desesperación de ser atendidos con agilidad.
Recordaron al Gobierno dos fatídicos noviembres que enlutaron al país ante el débil manejo preventivo que atentó con la vida de varias personas y los efectos de las lluvias que causaron un colapso en la ciudad y en los municipios que lo componen.
Fuertes vientos en el malecón
Durante el recorrido en toda la avenida George Washington de esta capital, se pudo verificar como el oleaje sobresaltaba los muros de contención aún si la llegada de Beryl en la ciudad.
Algunas personas junto con niños permanecían en los alrededores del Malecón sentados viendo los fuertes oleajes mientras eran sacados por agentes motorizados de la Policía Nacional.
Frarman García 
Juan J Calcano 
AFP