La campaña comenzó oficialmente el jueves de cara a las elecciones del 28 de julio en Venezuela: el presidente Nicolás Maduro, que aspira a un tercer mandato, encabezó un mitin en el petrolero estado Zulia antes de partir a Caracas, que el chavismo prometió desbordar de punta a punta.
El proceso arranca en medio de mucha incertidumbre y denuncias de «persecución», detenciones e inhabilitaciones a opositores, a quienes el gobierno acusa de conspirar.
«Arranco la campaña electoral victoriosa hacia Miraflores», el palacio presidencial, dijo el mandatario, que se proyecta a 18 años en el poder. «El 28 de julio ganaremos por paliza».
La primera escala en Zulia (oeste, fronterizo con Colombia) forma parte de la «toma» que el chavismo anunció para el arranque formal de la campaña en 70 ciudades del país, un número simbólico porque es la edad que cumpliría el fallecido Hugo Chávez justamente el día de la elección.
«Me llaman Nicolás Maduro Moros y con Maduro más cambio, más transformaciones para conquistar el futuro», añadió.
La oposición liderada por María Corina Machado iniciará por su parte, también en la capital, una caravana por todo el país acompañada del candidato Edmundo González Urrutia. Recorrerá unos siete estados, incluido Barinas, donde nació Chávez y bastión del chavismo hasta 2021m cuando la oposición lo arrebató en elecciones.
«Ha llegado la hora de volvernos a abrazar», señaló González en un video. «Convirtamos el deseo de cambio en votos».
– «Campaña atípica» –
Aunque formalmente arrancó el jueves, la campaña comenzó hace meses.
Machado ha recorrido todo el país en auto porque el chavismo le impide viajar en avión. En cada pueblo es recibida como una «rock star» por multitudes que se agolpan para escuchar su promesa de cambio.
Maduro intensificó su agenda electoral en las últimas semanas con apariciones en varios pueblos y ciudades a diario. Promete recuperación económica, tras una crisis sin precedentes que redujo el PIB en 80% y llevó a un éxodo masivo que la ONU cifra en más de siete millones de personas, alrededor de 25% de la población.
«Es una campaña atípica, más de percepciones y perspectivas del país que de programas concretos», dijo a la AFP Guillermo Tell Aveledo, profesor de Estudios Políticos en la Universidad Metropolitana.
La mayoría de las encuestas muestra victoriosa a la oposición, que se abraza a esos pronósticos.
El chavismo los desestima y tira la casa por la ventana con gigantescas tarimas y artistas internacionales, en medio de denuncias de excesos y coacción a los beneficiarios de programas sociales para que voten por Maduro.
Y a menos de un mes del 28 de julio, muchos se preguntan en la calle: ¿habrá elecciones? ¿Edmundo González podrá ser candidato?
«Una cosa es ganar el proceso electoral y, por supuesto, otra cosa es el reconocimiento», alerta Aveledo. «Y ahí se abren otro tipo de temores, otro tipo de posibilidades».
– Presión internacional –
Un ensayo de la elección se realizó el domingo pasado y fue acompañado por observadores del Centro Carter y el panel de expertos de Naciones Unidas.
La Unión Europea fue excluida de la observación por las sanciones que persisten contra funcionarios del gobierno venezolano.
Maduro busca legitimidad internacional con estos comicios, después del amplio rechazo que tuvo su reelección en 2018, tachada por Estados Unidos y varias decenas de países de fraudulenta.
Washington, que ha fijado condiciones a cambio del levantamiento de sanciones, reanudó un proceso de diálogo directo con Maduro. En la primera reunión, este miércoles, acordaron «trabajar de forma conjunta para ganar confianza y mejorar las relaciones», según la delegación venezolana.
Los vecinos Brasil y Colombia también exigen elecciones «libres», ante el temor de otra ola migratoria hacia sus territorios.
Expertos coinciden en la dificultad de un fraude en el sistema electrónico de votación. «Sin embargo, la posibilidad de algún tipo de desconocimiento, zarpazo o de ofuscamiento de la voluntad popular está muy sobre el tapete», alerta Aveledo.
«Una acción de ese tipo daría al traste con cualquier intento de legitimación que esta elección hubiera podido tener», añadió.