Las mujeres deben desempeñar un mayor rol en la Iglesia católica pero el diaconado les seguirá vetado y no se prevé ninguna reforma a corto plazo para cambiar esto, según las conclusiones preliminares del Sínodo que el papa Francisco abrió en 2021 y que fueron publicadas este martes.
El Sínodo es una amplia consulta iniciada por el jesuita argentino sobre el futuro de la Iglesia y su doctrina en toda una serie de temas, desde la participación de los laicos en las actividades parroquiales hasta la promoción de las mujeres en funciones litúrgicas, pasando por el divorcio, la homosexualidad, la pobreza, el individualismo o la poligamia en África.
Desde su elección en 2013, el obispo de Roma se ha propuesto reformar el gobierno de la Iglesia, que quiere menos piramidal y más cercano a los 1.300 millones de fieles.
Tras dos años de debates en parroquias de todo el mundo, una primera Asamblea General de obispos celebrada en octubre de 2023 en el Vaticano elaboró un «documento de síntesis» en el que se enumeran una serie de temas que los católicos consideran centrales en la reflexión sobre el futuro de la Iglesia, y que volverán a debatirse en una segunda sesión que se celebrará del 2 al 27 de octubre.
El lugar de las mujeres en la Iglesia, un tema que estuvo en el corazón de los debates, sigue dividiendo, entre las esperanzas de los grupos feministas y la preocupación de los más conservadores.
– «El machismo sigue siendo fuerte» –
Las labores del Sínodo «evidenciaron la necesidad de dar un reconocimiento más pleno […] al papel de las mujeres en todos los ámbitos de la vida de la Iglesia», indica un texto publicado el martes por el Vaticano, que servirá de base a la sesión de octubre.
Los obispos «reconocen que son numerosos los ámbitos de la vida eclesial abiertos a la participación de las mujeres», sin embargo, lamentan que «estas posibilidades de participación a menudo no se utilizan».
Sugieren que en la próxima sesión del sínodo se «promueva el conocimiento de estas posibilidades y fomente su posterior desarrollo» en las instituciones de la Iglesia, «incluidos los puestos de responsabilidad pastoral» o en «otras formas ministeriales y pastorales».
El texto menciona la contribución de una Conferencia Episcopal latinoamericana, según la cual en algunas sociedades «la presencia del machismo sigue siendo fuerte» y «se necesita una participación más activa de la mujer en todos los ámbitos eclesiales».
En sus contribuciones, fieles y religiosos piden globalmente al Sínodo «un mayor acceso» de las mujeres a cargos de responsabilidad en las diócesis, seminarios, institutos y facultades de teología, y alientan incluso el uso de un lenguaje más incluyente.
No obstante, sigue sin contemplarse la posibilidad de abrir a las mujeres el oficio de diácono (orden inferior al sacerdocio), y menos aún el de presbítero.
– Oposición reiterada –
«Mientras que algunas Iglesias locales piden la admisión de las mujeres al ministerio diaconal, otras reiteran su oposición», señala el documento.
El tema del diaconado femenino, que está sobre la mesa desde hace unos diez años, figuraba en el programa de la primera sesión del Sínodo, pero ahora fue aplazado y no figurará en la agenda de la Asamblea General de octubre.
«Es bueno que continúe la reflexión teológica, con los tiempos y modalidades adecuados», apunta el documento.
Aunque algunos se muestran favorables en un contexto de declive de las vocaciones, el Vaticano sigue oponiéndose firmemente al fin del celibato, a la ordenación de mujeres o de hombres casados.
Grupos de mujeres militan a menudo en contra de ser relegadas a funciones marginales, cuando en la práctica son quienes llevan la Iglesia al terreno.
El año pasado, en pleno Sínodo, activistas vestidas de violeta se manifestaron en el Vaticano contra el «patriarcado» y el «clericalismo».
Este Sínodo supone en cambio un giro histórico: por primera vez, 54 mujeres, religiosas y laicas, de 365 miembros –alrededor del 15 %– tienen del mismo derecho de voto que los obispos sobre las propuestas que se someterán al papa.
El sumo pontífice, que toma la decisión final, descartaba ya en mayo en una entrevista en la cadena estadounidense CBS la hipótesis de mujeres diaconisas.
El documento publicado el martes no hace referencia explícitamente al lugar de las personas LGTBI+. Pero la asociación estadounidense de defensa de sus derechos New Ways Ministry estimó en un comunicado que abría «la puerta a una mayor inclusión», a través de un llamado al «diálogo» y a «la escucha».