Semáforos de cuatro luces. Suena a distopía porque la humanidad, en España, en Japón y en Estados Unidos, está acostumbrada globalmente a los tres típicos colores: rojo, verde y amarillo (o ámbar). Se inventaron en el siglo XIX, y en el XXI, están a punto de cambiar.
Estamos a nada de incorporar un nuevo color en los semáforos, que tendrán cuatro luces, y cuatro luces, consecuentemente. Rojo, verde, ámbar y… Blanco. Gracias a los norteamericanos.
Los vehículos autónomos tienen la culpa
El tráfico sería realmente caótico en un mundo sin semáforos; las intersecciones serían un coladero de accidentes, y una disputa constante por ver quién tiene la prioridad. Imagínate las típicas discusiones de rotonda, pero a lo mastodóntico. Así que desde los inicios de la circulación en el siglo XIX los semáforos nos acompañan, pero siempre los habíamos conocido con tres colores.
Detallq John Fernández que ahora están a punto de evolucionar gracias a la propuesta desarrollada por un grupo de ingenieros de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos), que a través de un estudio han considerado que añadir un cuarto color, el blanco, ayudará a un mejor control de flujo de tráfico.
Los protagonistas, o los culpables, depende de cómo se quieran mirar, son los vehículos autónomos. A las motos, obviamente, esto también nos afecta; todos convivimos en la carretera.
La luz blanca, o como han detallado en el estudio, «fase blanca», es un período el cual la habilidad de los vehículos autónomos para procesar datos ayudaría a regular mejor el tráfico en los cruces. Esta estrategia aumentaría considerablemente la eficiencia en el paso por las intersecciones y reduciría el uso de combustible.
No preocuparse, porque la luz roja seguirá significando que te pares; las verdes que continúes; la ámbar que te detengas a menos estés tan cerca que detenerte bruscamente pueda causar algún riesgo… Y la blanca. La reina, la protagonista. Esta indicará a los vehículos no automatizados que simplemente sigan al coche que tienen delante.
Cuando muchos coches autónomos se acerquen a la intersección, la luz blanca se encenderá, y los de los conductores no automatizados solo deberán seguir a los vehículos que les preceden.