El intento de asesinato de Donald Trump ha puesto patas arriba la campaña de Joe Biden obligándole a rebajar la intensidad de sus ataques pero, al mismo tiempo, le da tiempo para ocuparse de sus propios problemas políticos.
El llamamiento del presidente estadounidense a «bajar la temperatura» tras el tiroteo le priva, al menos por ahora, de su estrategia de atacar a su predecesor diciendo que es una amenaza para la democracia estadounidense.
Y eso, pocos días después de que Biden intentara centrar su campaña en su rival republicano, tras semanas de agitación en el Partido Demócrata en torno a su edad y su salud a raíz de su mal desempeño en un debate contra Trump.
En una entrevista a NBC el lunes, Biden declaró que había cometido un «error» al pedir que se pusiera a Donald Trump en el «objetivo» días antes del intento de asesinato de su rival en las elecciones.
«Fue un error usar la palabra», dijo Biden en la Casa Blanca al entrevistador Lester Holt cuando este le preguntó si no fue demasiado lejos con su narrativa. «Quería decir poner el foco sobre él, en lo que está haciendo», explicó el mandatario.
Tras el tiroteo del sábado, los republicanos acusan a Biden de crear las condiciones políticas que llevaron a un tirador a tratar de matar a Trump, ignorando el historial de llamados a la violencia de su propio candidato.
La pregunta es por cuánto tiempo Biden puede permitirse ser benévolo con Trump.
«¿Cómo se habla de una amenaza a la democracia, que es real, cuando un presidente dice cosas como las que dice. ¿No se dice nada porque puede incitar a alguien?», declaró el mandatario a la NBC.
«No estoy metido en esa retórica. Ahora mi oponente si lo está, él (Trump) habla de cómo habrá un baño de sangre cuando pierda», añadió.
Biden también criticó a Trump por pedir una amnistía para sus seguidores involucrados en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021 y por bromear sobre el ataque a martillo contra el esposo de Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes.
El demócrata aprovechó la entrevista para defender su candidatura pese a los llamados de miembros de su partido a que se retire.
«Estoy viejo», dijo Biden. «Pero solo tres años más viejo que Trump. Y mi agudeza mental es condenadamente buena».
– Nuevo debate en septiembre –
El mandatario dijo querer debatir de nuevo con su contrincante republicano, tras un primer encuentro desastroso a finales de junio en la carrera por llegar a la Casa Blanca.
«Voy a debatir con él en el momento en que acordamos debatir (…) en septiembre», explicó en la entrevista con la NBC Biden, cuya actuación en vivo exacerbó las dudas sobre su edad y su capacidad para presentarse a un segundo mandato.
En su discurso desde el Despacho Oval el domingo centrado en la unidad, Biden había dejado entrever que pronto volvería a arremeter contra el republicano.
«Seguiré hablando con firmeza en favor de nuestra democracia, defendiendo nuestra Constitución y el estado de derecho, pidiendo que se actúe en las urnas y que no haya violencia en nuestras calles», dijo Biden.
Biden dijo que «le criticarán» en la Convención Nacional Republicana, que comenzó este lunes, pero aún así viajará «esta semana» para defender el programa demócrata.
A pesar de cancelar un viaje a Texas (sur), Biden sigue adelante con una visita prevista al estado bisagra de Nevada.
En un artículo de opinión en el Washington Post, la columnista Karen Tumulty escribió que «difícilmente podría haber un momento peor para que Biden se viera obligado a rediseñar su estrategia contra Trump».
Los disparos de Trump podrían, sin embargo, ayudar a Biden en su lucha por su propia supervivencia política.
«Obviamente esto cambia los cálculos para aquellos que piden que Biden se retire» de la contienda, explica a la AFP Peter Loge, politólogo de la Universidad George Washington. «Le hace ganar tiempo».
– «Demasiado loco» y «demasiado viejo» –
La crisis demócrata sobre la edad de Biden tras el debate dominó la campaña las últimas semanas, pero con los disparos del sábado la revuelta sobre su candidatura enmudeció abruptamente.
El congresista Dean Phillips, malogrado candidato a las primarias, declaró al medio Axios que sería «antipatriótico y sin principios» plantear ahora el tema.
Biden también ha tratado de dar un tono presidencial al tiroteo, reaccionando rápidamente el sábado y dirigiéndose a la nación el domingo en el tercer discurso en el Despacho Oval de su presidencia.
El mensaje de unidad en apariciones como ésta no se dirige sólo a los republicanos, sino que también es una señal para los demócratas de que deben apoyarle como líder en un momento de crisis.
El tiroteo puede unir a los demócratas, también podría condenar al fracaso la candidatura a la reelección de Biden, en un momento en el que ya va a la zaga en la mayoría de las encuestas.
Las icónicas imágenes de un Trump ensangrentado elevando el puño tras el tiroteo galvanizan las esperanzas republicanas de lograr una victoria aplastante en noviembre.
Loge, sin embargo, estima que el efecto puede ser escaso porque «muchos votantes ven a Trump como demasiado loco y a Biden como demasiado viejo, y un intento de asesinato no cambia eso».
Añadió que centrarse en el impacto inmediato del tiroteo en las campañas es un error.
«Si convertimos la violencia política en parte de la estrategia de una campaña, perdemos el sentido de la violencia política y acabamos normalizándola», afirmó.