Joe Biden renunció este domingo a la carrera por su reelección en las presidenciales de noviembre en Estados Unidos, y respaldó a la vicepresidenta Kamala Harris para que sea la nueva candidata del Partido Demócrata, después de semanas de especulaciones sobre la capacidad física y agilidad mental del mandatario.
El demócrata de 81 años engrosa así el club muy restringido de presidentes estadounidenses salientes que tiraron la toalla en su intento por conseguir un segundo mandato.
Pero es el primero en hacerlo a estas alturas de la campaña. Y el único que tuvo que darse por vencido por las dudas sobre su agudeza mental, a raíz de un debate calamitoso con su rival republicano Donald Trump.
«Creo que lo mejor para mi partido y para el país es que me retire y me centre únicamente en cumplir con mis obligaciones como presidente durante el resto de mi mandato», dijo Biden en una carta en la red social X mientras se recupera del covid en su casa de playa en Delaware (noreste).
El anuncio, aunque esperado por mucho que su equipo de campaña y él mismo se empeñaran en afirmar lo contrario, da un vuelco a una campaña que ya ha experimentado muchas idas y venidas, y un intento de asesinato contra Donald Trump el 13 de julio.
Biden prevé dirigirse a la nación «esta semana con más detalles» sobre su decisión.
El mandatario anunció su «total apoyo» como candidata de su partido a Kamala Harris, la primera vicepresidenta mujer, afroestadounidense y de origen surasiático de la historia de Estados Unidos.
Harris elogió el «acto desinteresado y patriótico» de Biden y afirmó que espera «ganar la nominación» del partido.
– «Derrotar» a Trump –
«Haré todo lo que esté en mi mano para unir al Partido Demócrata -y unir a nuestra nación- para derrotar a Donald Trump», escribió en un comunicado.
El candidato republicano Donald Trump, de 78 años, y su equipo, aprovecharon para criticar a ambos.
«El corrupto Joe Biden no era apto para postularse como presidente, y ciertamente no es apto para servir — ¡Y nunca lo fue!», publicó Trump en su red Truth Social.
«Harris será incluso peor para la gente de nuestra nación que Joe Biden», añadió su equipo de campaña.
El líder republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, fue más lejos y llamó a Biden a dimitir «inmediatamente».
Entre los demócratas se multiplican los elogios a Biden, al quien califican de «patriota».
Ahora el Partido Demócrata tendrá que encontrar a un sustituto o sustituta, cuando faltan pocos días para la convención prevista en Chicago (norte) a partir del 19 de agosto.
Harris es una elección natural, pero no automática. La última palabra la tienen los delegados del partido: 3.900 personas con perfiles muy variados y en su mayor parte completamente desconocidos para la opinión pública.
El expresidente de Estados Unidos Barack Obama elogió la decisión de Biden y lo calificó de «patriota» pero reconoció que el partido se sume en la incertidumbre.
«Navegaremos en terreno desconocido en los próximos días. Pero tengo una confianza extraordinaria en que los líderes de nuestro partido serán capaces de crear un proceso del que surja un candidato sobresaliente», añadió en un comunicado.
– Caído en desgracia –
Fue el desastroso desempeño de Joe Biden durante su debate del 27 de junio con Donald Trump lo que precipitó los acontecimientos.
Ese día, desde los primeros segundos de la batalla verbal que él mismo había convocado, decenas de millones de telespectadores vieron a un Biden titubeante, confuso, una imagen que dejó a los demócratas consternados y desorientados.
Estaba resfriado y tosía con frecuencia. Su voz era apagada, se trababa al hablar y dejaba las frases inacabadas.
Un espectáculo doloroso que sacó a la luz las dudas sobre su salud, que su entorno más cercano se había esforzado en sofocar.
Tan pronto como terminó, la pregunta era inevitable: ¿quién sería el primero en pedirle que pasara el testigo?
El nerviosismo se contagió. Algunos congresistas demócratas se lo pidieron públicamente.
Con el paso de los días se fueron sumando pesos pesados del partido.
Uno tras otro, asustados por las encuestas que lo daban como perdedor y por miedo a una victoria abrumadora del republicano Trump, le dieron la espalda. Al comienzo en privado, sugiriéndole que reconsiderara su candidatura.
Las imágenes de Joe Biden dando positivo por covid-19, bajando con dificultades la pasarela de su avión, no hicieron más que amplificar el nerviosismo de su bando.
Entretanto Donald Trump, que milagrosamente sobrevivió a un intento de asesinato, parece disfrutar de un estado de gracia, con victorias legales y la consagración en la convención del Partido Republicano.