Fiscal contra delincuente convicto es el ángulo de ataque de la campaña de Kamala Harris para enfrentarse en las presidenciales estadounidenses de noviembre al republicano Donald Trump, quien fue condenado en mayo por un delito penal.
La ex primera dama y exsecretaria de Estado Hillary Clinton, derrotada por Trump en las presidenciales de 2016, fue una de las primeras en hacer la comparación entre Harris, quien fue fiscal general de California, y el magnate.
«Conozco a Kamala Harris desde hace mucho tiempo», publicó Clinton en la red social X después de que el presidente Joe Biden abandonara el domingo la carrera por su reelección y la vicepresidenta emergiera como su posible sucesora. «Esta brillante fiscal presentará el caso contra el delincuente convicto Donald Trump», añadió.
«El contraste no puede ser más claro», declaró el portavoz de la campaña de Harris, James Singer.
De 59 años, la líder demócrata destacó este martes su experiencia como exfiscal.
«Antes de ser elegida vicepresidenta, antes de ser elegida senadora de los Estados Unidos, fui elegida fiscal general del estado de California, y antes fui fiscal en los tribunales, y en esos roles, me enfrenté a delincuentes de todo tipo», declaró este martes en Milwaukee, en el estado de Wisconsin (norte).
«Depredadores que abusaron de mujeres, estafadores que timaron a los consumidores, tramposos que rompieron las reglas en beneficio propio», enumeró.
Así que «háganme caso cuando digo que conozco el tipo (de persona) que es Donald Trump», añadió en el mitin.
«Me enfrenté a una de las mayores universidades con ánimo de lucro de nuestro país que estafaba a estudiantes», dijo Harris.
Trump, por su parte, «dirigió una universidad con ánimo de lucro», la Trump University, que se vio obligada a pagar 25 millones de dólares «a los estudiantes a los que estafó», afirmó el lunes en Delaware (este).
También citó varios de los casos judiciales contra Trump, incluido uno por el que fue condenado a pagar decenas de millones de dólares a la periodista E. Jean Carroll tras ser declarado culpable de difamarla y de abusar sexualmente de ella.
«Me especialicé en casos de abusos sexuales», recalcó Harris.
– Hábil para interrogar –
Tanto el caso de la periodista como el de la Universidad Trump fueron demandas civiles. Pero el magnate es también el primer expresidente de Estados Unidos (2017-2021) condenado penalmente por un delito.
En mayo fue declarado culpable en Nueva York de falsificar registros empresariales para encubrir un escándalo sexual que incluía una supuesta aventura con una actriz porno en la campaña de 2016.
La sentencia en ese caso se ha fijado para el 18 de septiembre, menos de dos meses antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
El expresidente también se enfrenta a cargos federales y estatales por haber presuntamente conspirado para alterar los resultados de los comicios de 2020 que perdió frente a Biden, pero es poco probable que esos casos lleguen a juicio antes de las votaciones.
Se enfrentaba, asimismo, a cargos por mala gestión de documentos confidenciales cuando se fue de la Casa Blanca, pero una jueza federal de Florida, designada por Trump, desestimó el caso a principios de este mes. El fiscal especial Jack Smith ha apelado la decisión.
No es la primera vez que Harris echa mano de su experiencia como fiscal en una campaña electoral.
Lo hizo durante las primarias demócratas para las elecciones de 2020. Pero en aquel momento su reputación de mano dura contra el crimen no hizo buenas migas con el ala izquierdista del partido y perdió frente a Biden, que acabó eligiéndola como compañera de fórmula.
Los años de experiencia de Harris en los tribunales interrogando a acusados también pueden servirle en un debate contra Trump.
El republicano declaró este martes que está «absolutamente» dispuesto «a participar en más de un debate» con ella.
La vicepresidenta demostró sus habilidades en el Senado con notorios interrogatorios al entonces candidato a la Corte Suprema Brett Kavanaugh y a los fiscales generales de Trump Jeff Sessions y Bill Barr.
Su candidatura, que ha recibido un respaldo masivo de los demócratas aunque aún le falta ser oficializada, también permitirá al partido centrar de nuevo el debate en los quebraderos de cabeza legales de Trump y alejarlo de la edad avanzada y las aptitudes mentales de Biden.