El cardenal estadounidense Sean O’Malley anunció este lunes su renuncia como director de la Arquidiócesis de la ciudad de Boston, aunque seguirá al frente de la comisión vaticana que combate la pederastia en la Iglesia católica.
O’Malley, de 80 años, será reemplazado por el actual obispo de Providence (Rhode Island, noreste) Richard Henning, de 59 años, al frente de la Arquidiócesis Metropolitana de Boston (noreste), la cuarta mayor del país, anunció el Vaticano en un comunicado.
El límite de edad para los obispos y miembros de la Curia romana está oficialmente fijado en 75 años, pero el papa Francisco flexibilizó esta regla en 2018. Sin embargo, los cardenales que alcanzan los 80 años dejan de ser electores en el cónclave.
En una conferencia de prensa para presentar a Henning, O’Malley no dio una razón específica para su dimisión al gobierno pastoral en Boston.
«Hace 21 años llegué aquí como arzobispo. Venía de la diócesis de Palm Beach (Florida) y había estado solo nueve meses antes de recibir la llamada que me trajo a Boston, por lo que entiendo la sorpresa del obispo Henning con su nombramiento después de haber estado brevemente en la diócesis de Providence,» dijo O’Malley, quien confirmó que su sucesor asumirá el puesto el 31 de octubre.
O’Malley anunció que por el momento seguirá presidiendo la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, una institución creada por el papa Francisco para luchar contra la pederastia en la Iglesia Católica y la cual comanda desde 2014.
La renuncia de O’Malley pone fin a un capítulo de dos décadas al frente de la comunidad católica en la ciudad de Boston -de origen mayoritariamente irlandés e italiano-, donde el escándalo mundial por abusos sexuales a menores por parte de miembros del clero estalló en 2002, un año antes de su llegada.
Aliado de Francisco, O’Malley pertenece a la orden mendicante franciscana de los Frailes Menores Capuchinos y pasó sus primeros años como sacerdote tendiendo puentes con la comunidad hispana inmigrante en la diócesis de la capital Washington.
De hecho, destacó que ese periodo fue «la luna de miel de su sacerdocio» y pretende seguir trabajando con la comunidad inmigrante a partir de ahora.
La numerosa comunidad hispana es una «bendición enorme» para la Iglesia católica en la región, dijo.
Henning, su sucesor, habla español con fluidez y está aprendiendo portugués, explicó en la rueda de prensa.
– Escándalos de abusos sexuales –
Sean O’Malley se destacó en la gestión de múltiples escándalos de abusos sexuales cometidos por religiosos contra menores.
Antes de llegar a Boston, fue obispo de Saint Thomas, diócesis que abarca todas las Islas Vírgenes de Estados Unidos, y más tarde de Fall River, estado de Massachusetts, en el este del país.
En Fall River y en la diócesis de Palm Beach, Florida (sureste), gestionó las consecuencias de los escándalos de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes.
Pero fue en Boston donde O’Malley saltó a la fama, tomando cuenta de lo que entonces era el escándalo de abusos sexuales por parte de clérigos de mayor repercusión en Estados Unidos, posteriormente retratado en la película «Spotlight», ganadora de un Oscar.
Reconocido por su buena relación con las víctimas y su rapidez en la resolución de los casos, bajo la dirección de O’Malley, la archidiócesis implicada acordó pagar 85 millones de dólares para resolver casi 550 demandas de damnificados.
Para ello, vendió la sede del arzobispado y suprimió 65 de las 357 parroquias bajo su jurisdicción.
Henning rindió homenaje al «extraordinario ministerio» de O’Malley, pero sin referirse específicamente a la labor del arzobispo saliente en favor de quienes sufrieron abusos sexuales.
«No soy digno de esta convocatoria. Esta llamada me ha conmocionado y sorprendido profundamente», declaró Henning.
Sin embargo, esa comisión del Vaticano contra los abusos fue muy criticada. Su miembro más influyente, Hans Zollner, quien dimitió en marzo de 2023, la acusó de sufrir problemas estructurales y de transparencia.
El cardenal O’Malley se defendió afirmando que, en el momento de su creación, había «expectativas poco realistas sobre lo que este grupo de voluntarios sería capaz de lograr».