El boxeo olímpico, cuya relación con el COI no pasaba por su mejor momento antes de los Juegos Olímpicos, causó la primera gran polémica deportiva en la cita parisina, en torno al género de dos púgiles.
Como telón de fondo del asunto, el conflicto de larga data entre el Comité Olímpico Internacional (COI) y la Federación Internacional de Boxeo (IBA).
– ¿A cuándo se remonta el conflicto? –
En 2019, el COI retiró a la IBA su derecho a organizar el boxeo olímpico. Fue el estallido de una situación en la que la tensión era latente desde tiempo atrás.
En medio de múltiples polémicas, especialmente por sospechas de corrupción de jueces y árbitros en diferentes Juegos, la instancia rectora del boxeo cambió de dirigentes en varias ocasiones.
Al frente desde 2006, le taiwanés Ching-Kuo Wu tuvo que tomar la puerta de salida en 2017 después de que sus adversarios le reprocharan una mala gestión económica y la suspensión de 36 árbitros acusados de haber amañando combates.
Después, un controvertido empresario uzbeco, Shavkat Mirziyoyev, con vínculos con «organizaciones criminales transnacionales», según el departamento del Tesoro estadounidense; y Umar Kremlev, un oligarca ruso, que tomó en 2020 las riendas de la organización financiada en parte por el gigante del gas Gazprom.
Desde entonces las relaciones con el COI no han cesado de deteriorarse. En junio de 2023, el COI excluyó a la IBA del movimiento olímpico, al considerar que no había dado respuesta a ninguna de sus demandas.
– ¿Qué consecuencia para el boxeo en París? –
La mayoría de los deportes olímpicos están supervisados por sus federaciones internacionales, pero como el COI suspendió a la IBA tuvo que ser la misma instancia olímpica la que se ocupó de organizar el boxeo en Tokio en 2021, y posteriormente en París. Pero la IBA y el COI tienen criterios de elegibilidad diferentes para las competiciones femeninas.
En junio de 2023, en los Mundiales de Nueva Delhi, la IBA hizo pasar test de género a dos boxeadoras, la argelina Imane Khelif y la taiwanesa Lin Yu-ting. Las dos fueron suspendidas cuando ya habían ganado varios combates. La IBA no precisó la naturaleza de esos test.
El domingo, el COI confirmó que la IBA le había informado de esos test en una carta enviada el mismo mes.
Pero la instancia olímpica rechazó en varias ocasiones la validez de esos test, tildándolos de ‘arbitrarios’, y se pronunció contra el uso de esos ‘test de sexo’ -exámenes genéticos realizados con la ayuda de hisopos- que suprimió en 1999.
Las boxeadoras Khelif y Lin, excluidas por la IBA, fueron autorizadas para competir en París, donde toda persona reconocida como mujer en su pasaporte está autorizada a combatir en categoría femenina.
Una participación que plantea a ojos de la IBA «serias cuestiones en cuanto a la equidad de las competiciones y la seguridad de las deportistas».
La victoria de la argelina por abandono de su rival italiana Angela Carini suscitó una gran polémica internacional, con la reacción incluso de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, para la que el combate no se disputó «en igualdad de condiciones».
– Bach-Kremlev, un asunto personal –
Kremlev insultó en varias ocasiones al presidente del COI Thomas Bach en redes sociales. En la misma línea que otros responsables políticos, hizo un llamado al respeto de los «valores tradicionales» y se mostró indignado contra la reivindicación del colectivo LGBT+ en la ceremonia de apertura de los Juegos.
Según el vocero del COI, Mark Adams, las publicaciones de Kremlev, «minan la credibilidad que aún pudiera tener».
También destacó el hecho de que los test realizados a Khelif tuvieron lugar después de la victoria de la argelina contra la rusa Azalia Amineva en los Mundiales. Khelif se consideró víctima de un «complot».
– ¿Y ahora? –
La determinación del COI para apartar a la IBA parece haber alcanzado en París un punto de no retorno, en todo caso mientras Kremlev se mantenga en el poder.
El COI alentó al mundo del boxeo a congregarse en torno a una nueva instancia rectora, que podría ser la joven ‘World Boxing’, órgano disidente apoyado por varias federaciones occidentales.
A la espera, el boxeo olímpico está en peligro: «El boxeo sólo podrá estar en los Juegos de Los Angeles (2028) si tenemos un socio fiable», previno Thomas Bach.