El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, asumió el viernes su segundo mandato con un llamado a la comunidad internacional a renovar esfuerzos por su vecina Haití, y con una condena a las «actuaciones autoritarias» en Venezuela tras las elecciones del pasado 28 de julio.
«Asumo con orgullo la segunda ocasión que me ha dado el pueblo dominicano», dijo Abinader en un discurso en el que manifestó preocupación por el «retroceso» de la institucionalidad y las crisis que enfrentan países de América Latina.
Al acto en el Teatro Nacional de Santo Domingo acudieron los miembros del Congreso; el rey de España, Felipe VI, jefes de Estado y gobierno de la región y otras personalidades y artistas.
Abinader se felicitó por la respuesta de la comunidad internacional a la crisis de la empobrecida Haití, tras la violencia desatada en febrero.
«Celebramos que (…) se haya comprometido enviando fuerzas para garantizar la seguridad de Haití y que se posibilite un escenario de estabilidad futura que permita la celebración de unas elecciones», dijo.
«Con la misma fuerza con la que reclamamos la intervención de la comunidad internacional en Haití, queremos pedir ahora que no vuelva a caer en el olvido. A República Dominicana no se le puede pedir más. Ya hemos hecho demasiado», aseveró.
Abinader, de 56 años, dijo durante su campaña que mantendría las redadas y deportaciones de haitianos que caracterizaron su primer gobierno, y que ampliaría el muro de 164 km que construyó en la frontera con su vecino para prevenir la migración ilegal, la criminalidad y el contrabando.
En el acto no estuvieron presentes autoridades haitianas. La ministra de Exteriores de Haití, Dominique Dupuy, dijo que la ausencia se debía a las «obligaciones urgentes» que enfrenta el país, según reportes de prensa, que destacaron también la señal de protesta de no viajar en medio de un cierre del espacio aéreo unilateral adoptado por Dominicana.
– Crisis de Venezuela –
Abinader condenó además la «violencia política» de las autoridades de Venezuela tras los recientes comicios en los que Nicolás Maduro fue proclamado presidente reelecto con el 52% de los votos, sin que hasta ahora se haya mostrado el detalle del escrutinio. La oposición denunció fraude y reivindicó la victoria del candidato Edmundo González Urrutia.
«Tras el resultado anunciado de las elecciones del 28 de julio, sin la debida transparencia que requiere un proceso electoral y sin ningún sustento documental por parte de las autoridades, se encuentra en una gravísima crisis, que nos lleva a exigir la publicación de todas las actas electorales, su verificación por instituciones imparciales y el respeto al resultado emanado de la voluntad del pueblo venezolano», dijo Abinader.
«Resultan altamente condenables los atropellos contra las instituciones democráticas y el uso de la violencia política que estamos observando en Venezuela. Estas actuaciones autoritarias son profundamente injustas», continuó.
La situación de Venezuela será abordada entre varios líderes de la región en República Dominicana, según anunció en la víspera el presidente panameño, José Raúl Mulino.
– Reformas –
Abinader arrasó en las elecciones generales del pasado 19 de mayo con más de 57% de los votos, casi 30 puntos por encima de su más cercano rival, el expresidente Leonel Fernández.
El mandatario asume su segundo gobierno con la promesa de impulsar una reforma fiscal que mantenga el crecimiento de la economía, que para este año se estima por encima del 5%, según Banco Mundial (BM).
La reforma, explicó, tendrá tres objetivos: garantizar finanzas públicas sanas, reducir la deuda y asegurar los recursos para mejorar los servicios de salud, seguridad y las infraestructuras.
Impulsará igualmente una reforma constitucional que será presentada ante la Asamblea Nacional el próximo lunes. El mandatario reiteró que esa propuesta no contemplará la reelección indefinida, un temor que existía entre sus detractores.
Abinader contará con la mayoría en ambas cámaras del Congreso, así como en las alcaldías. Su organización, el socialdemócrata Partido Revolucionario Moderno (PRM), y partidos aliados controlan 29 de los 32 puestos en el Senado, mientras que en la Cámara de Diputados tiene 146 de los 190 curules.