En lo que va de año se han notificado 31,054 casos sospechosos de malaria, de los que se han confirmado 718 por método de laboratorio, cifra que representa un aumento de 330 % si se compara con los 169 casos que se registraron el año pasado por la enfermedad.
Las provincias con mayor incidencia de la enfermedad son Azua con 461, lo que representa un 64 % de los casos y San Juan con 221 para un 31 % del total, lo que significa, que ambas zonas del país tienen el 95 % de todos los contagios registrados.
Según el corredor endémico de los últimos 5 años, el país se encuentra en zona de alarma, lo cual se identifica por el aumento de casos proveniente de los dos focos activos esas provincias sureñas.
De acuerdo con los datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), el sexo más afectado es el masculino dentro del grupo de edad de 20 a 29 años, mientras que la tasa de incidencia se ubica en 10.93 por cada 100 mil habitantes.
Otras zonas que presentan casos son el Gran Santo Domingo con 11, Bahoruco con seis, mientras con dos están Barahona, Pedernales, Independencia, El Seibo y Santiago; con uno se encuentran las provincias de La Vega, Montecristi, Valverde, Puerto Plata, Sánchez Ramírez, La Altagracia, Hato Mayor y San Cristóbal.
Detalla El Día, que a pesar de que se realizan esfuerzos a través de campañas para controlar el dengue que es transmitido por un mosquito como la malaria y se ha mantenido con baja incidencia, la tendencia respecto a esta última enfermedad es que se fortalezcan las acciones de intervención para no entrar a la fase de brote en este año.
Hay que destacar que la malaria está dentro de la estrategia de la Organización Mundial de la Salud sobre eliminación de enfermedades al 2030, por lo que se deben intensificar los esfuerzos en controlar los focos activos en un trabajo interinstitucional y multisectorial a fin de disminuir el impacto de la amenaza y recudir los factores que predisponen al aumento de la incidencia de esta enfermedad.