El papa Francisco calificó el miércoles de «pecado grave» los intentos de «repeler» a los migrantes y llamó a la «solidaridad», en una oración por aquellos que murieron en el mar o fueron «abandonados en el desierto».
«Hay que decirlo claramente: hay quienes trabajan sistemáticamente por todos los medios para repeler a los emigrantes. Y esto, cuando se hace con conciencia y con responsabilidad, es un pecado grave», insistió el papa en su audiencia general semanal en el Vaticano.
«También algunos desiertos, por desgracia, se convierten en cementerios de migrantes. A menudo, tampoco aquí se trata de muertes ‘naturales’. No. A veces los llevan al desierto y los abandonan allí», agregó.
El papa argentino, un ferviente defensor de los migrantes, no mencionó ningún país, pero sus declaraciones pueden interpretarse como una referencia a la actualidad, especialmente en Europa y México.
A mediados de 2023 decenas de migrantes subsaharianos fueron rescatados por guardias libios, quienes afirmaron haber sido expulsados y abandonados por las autoridades tunecinas en una zona desértica en la frontera entre ambos países. Las imágenes de hombres y mujeres sedientos vagando por el desierto dieron la vuelta al mundo.
En mayo la Unión Europea reconoció «una situación difícil» tras la publicación de una investigación periodística que reveló que decenas de miles de migrantes habían sido arrestados y abandonados en pleno desierto en Marruecos, Túnez y Mauritania, con el apoyo financiero de la UE.
Recientemente la UE adoptó una gran reforma de su política de asilo y migración, con el fin de endurecer los controles de llegadas y acelerar el retorno de los migrantes que no obtengan el derecho de asilo.
El papa de 87 años volvió a calificar al mar Mediterráneo de «cementerio».
«La tragedia es que muchos, la mayoría de estos muertos, podrían haberse salvado», recalcó.
Según él la solución al flujo migratorio no pasa por «leyes más restrictivas» ni por «la militarización de las fronteras», sino por la ampliación de «vías de acceso seguras y legales».
En 2023 más de 3.000 migrantes fueron reportados como desaparecidos tras intentar cruzar el Mediterráneo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).