La artista colombiana ha recibido tanto elogios como críticas por parte de sus compatriotas tras entonar unos versos con el experimentado cantante italiano de ópera.
Karol G, una de las figuras más destacadas del reguetón, ha demostrado un impacto notable en la industria musical internacional. Su más reciente hazaña, una colaboración con el tenor italiano Andrea Bocelli en una nueva versión del icónico tema Vivo por ella, es testimonio de su influencia global.
Este dueto, que marca el 30 aniversario de la carrera de Bocelli, no solo celebró un clásico de 1995, también destacó la capacidad de Karol G para unir géneros y darle el giro a las nuevas generaciones.
La canción, que ta acumula más de 10 millones de reproducciones en YouTube en ta
solo4 días , ha sido aclamada por numerosos artistas internacionales.
Ricardo Montaner y Marta Sánchez, quienes también han dejado huella en la música, elogiaron la interpretación de Karol G y el prestigioso tenor. Aunque esta ovación global contrasta drásticamente con la recepción en Colombia.
A pesar de los elogios de figuras destacadas a nivel mundial, la respuesta de muchos colombianos ha sido sorprendentemente crítica. De acuerdo con la Revista Cromos, en las redes sociales, comentarios desfavorables abundan, cuestionando la capacidad vocal de Karol G y el uso del autotune en su interpretación.
Mensajes como “Increíble que una reguetonera tenga tanta atención”, “No es por nada, pero el autotune le quedó precioso a esa vieja”, “¿Qué hace esa guisa cantando con semejante artista?” y, finalmente, “Esa ñera no debería estar cantando con una gloria de la ópera; sigue deteriorando la música”, reflejan una actitud negativa hacia la artista colombiana, que parece desentonar con el reconocimiento internacional que ha recibido, según algunos internautas.
Este fenómeno de desdén por parte de los compatriotas plantea una pregunta intrigante: ¿por qué es tan difícil aceptar y celebrar el talento colombiano en el ámbito global? El rechazo a Karol G, a pesar de su éxito y habilidades, revela una tendencia preocupante de menospreciar a quienes alcanzan el reconocimiento fuera del país.
El caso de Karol G también pone de relieve un problema más amplio: la dificultad de aceptar y apoyar a los artistas que, aunque provenientes del mismo entorno cultural, logran destacarse en géneros o estilos que pueden no resonar con el gusto popular local. Muchos de los críticos parecen olvidar que detrás de la figura pública hay una persona que ha dedicado años al perfeccionamiento de su arte.
Carolina Giraldo Navarro, nombre real de Karol G, estudió música en Antioquia y luchó por abrirse camino en una industria musical exigente, superando numerosos obstáculos.
La reacción crítica hacia su colaboración con Bocelli refleja una resistencia a aceptar el éxito de los compatriotas, tambi[en un desprecio hacia el esfuerzo y la dedicación que conlleva alcanzar el estrellato. En lugar de celebrar los logros de una artista que ha puesto el nombre de Colombia en el escenario internacional, se prefiere centrarse en sus supuestas deficiencias.
Esta actitud crítica revela una disyuntiva cultural en la que el apoyo al talento local se ve condicionado por prejuicios y estereotipos sobre lo que debe ser la música colombiana.
El escritor Gabriel García Márquez, en su obra “El General en su laberinto”, evocó la idea de que las creaciones humanas pueden ser desmoronadas por otros.
“Todo lo que hemos hecho con las manos lo desbaraten otros con los pies”. La frase también que aplica “cada colombiano es un país enemigo”. Este concepto se aplica perfectamente a la situación de Karol G y sus haters en redes sociales.
Karol G, con su colaboración con Andrea Bocelli, ha demostrado su capacidad para trascender generaciones, también ha puesto en evidencia la necesidad de respetar cada gusto y guardar compostura ante los diferentes debates que se generan gracias a la transformación de la música y las nuevas tendencias que se han hecho virales a nivel mundial.