Rowan Atkinson creció en una familia de clase media y sufrió enormemente durante su infancia debido a su tartamudez.

También fue objeto de burlas y acoso en la escuela por su apariencia, con algunos compañeros que decían que parecía un extraterrestre.



Esto lo llevó a ser un niño muy tímido y solitario, sin muchos amigos, encontrando refugio en la ciencia, según comentó uno de sus maestros.

No destacaba particularmente en nada y no se esperaba que fuera un científico brillante, pero él demostró que todos estaban equivocados.



Durante su tiempo en la Universidad de Oxford, desarrolló un interés por la actuación, aunque su problema de habla le impidió participar en obras teatrales.

Obtuvo una maestría en ingeniería eléctrica antes de aparecer en cualquier película o programa de televisión. Tras graduarse, decidió seguir su sueño de convertirse en actor, inscribiéndose en un grupo de comedia, pero nuevamente su tartamudez se interpuso.

Rechazado por numerosos programas de televisión, se sintió devastado, pero nunca dejó de tener fe en sí mismo. Sentía una gran pasión por hacer reír a la gente y sabía que era bueno en eso.

Empezó a enfocarse más en sus sketches de comedia originales y descubrió que podía hablar con fluidez cuando interpretaba un personaje. Encontró la manera de superar su tartamudez y utilizó esta experiencia como inspiración para su actuación.

Mientras estudiaba para su maestría, Rowan Atkinson co-creó al excéntrico y surrealista personaje conocido como Mr. Bean.

Aunque tuvo éxito en otros espectáculos, fue Mr. Bean quien lo hizo famoso en todo el mundo. A pesar de todos los obstáculos que enfrentó debido a su apariencia y su problema de habla, demostró que incluso sin un físico atlético o una cara de estrella de cine, es posible convertirse en uno de los actores más queridos y respetados del mundo.

La historia de éxito de Rowan Atkinson es inspiradora porque muestra que para triunfar en la vida, lo más importante es la pasión, el esfuerzo, la dedicación y la perseverancia, sin importar nuestras debilidades y fracasos.

Moraleja de la historia:
Nadie nace perfecto. No tengas miedo. Las personas pueden lograr cosas asombrosas todos los días a pesar de sus debilidades y fracasos. Así que ve y haz lo mejor que puedas con la vida que tienes.