El papa Francisco llamó el jueves a proteger «la dignidad de los trabajadores migrantes» y a «garantizarles un salario justo» en un discurso ante las autoridades de Singapur, última parada de su larga gira por Asia y Oceanía.
«Espero que se preste una particular atención a los pobres, a los ancianos (…) y a la tutela de la dignidad de los trabajadores migrantes que tanto contribuyen a la construcción de la sociedad, y a quienes hay que garantizarles un salario justo», afirmó el pontífice argentino.
Después de visitar Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental, Jorge Bergoglio llegó el miércoles a esta rica y cosmopolita ciudad-Estado de 6 millones de habitantes, «un mosaico de etnias culturas y religiones que conviven en armonía», dijo el papa.
Aunque la religión más seguida es el budismo (30%), este país independiente desde 1965 también cuenta con un 19% de cristianos, además de taoístas, budistas y un quinto de habitantes que aseguran no tener religión.
Potencia industrial y tecnológica en Asia, Singapur cuenta con 300.000 trabajadores migrantes, en su mayoría de Bangladés, India o China, que a cambio de bajos salarios han contribuido a alzar los imponentes rascacielos e infraestructuras de la ciudad.
Activistas por la protección de los derechos laborales y migrantes aseguran que este colectivo carece de una protección adecuada ante la explotación ni de unas condiciones de vida aceptables, algo que el gobierno niega.
Desde su elección en 2013, el papa argentino se ha mostrado como un ferviente defensor de los derechos de los migrantes y los refugiados, defendiendo su acogida y la mejora de sus condiciones de vida.
La Organización Internacional del Trabajo estima que hay unos 170 millones de trabajadores migrantes en el mundo, lo que representa un 5% de la mano de obra global.
La mayoría viven en Europa, Asia Central y América, pero han sido clave también para el rápido desarrollo de metrópolis ultramodernas como Dubai, Doha o la misma Singapur.
«Estoy muy contenta de que el papa haya elegido hablar de este tema», dijo a la AFP una empleada de hogar filipina, que prefirió el anonimato porque no tenía permiso de su empleador.
«Aunque no aumenten mi salario, estoy al menos contenta de saber que el papa lucha y reza por nosotros», dijo esta mujer de 34 años, que gana unos 600 dólares singapurenses (460 USD) al mes, lejos de los 3.985 dólares singapurenses de ingresos medios en el país.
– «Justicia social» –
El jueves por la mañana, el papa de 87 años fue recibido oficialmente en el Parlamento, se reunió con el presidente Tharman Shanmugaratnam y el primer ministro Lawrence Wong y recibió una orquídea blanca con su nombre, la flor símbolo del país.
En su discurso, Francisco alabó «la perspicacia del espíritu empresarial» en esta ciudad de «orígenes humildes» que se ha convertido en un «bosque de modernísimos rascacielos que parecen alzarse del mar».
También realzó la importancia de una sociedad basada en «la justicia social» y «el bien común» y animó a los dirigentes a continuar trabajando para «para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos mediante políticas de vivienda pública, con una educación de alta calidad y un sistema sanitario eficiente».
El pontífice no hizo referencia a las recurrentes críticas a este país por el respeto de los derechos humanos y la severidad de su sistema judicial, que aplica todavía la pena capital.
En cambio, celebró «su compromiso por un desarrollo sostenible (…) y su búsqueda de soluciones innovadoras para afrontar los desafíos ambientales (que) puede animar a otros países a hacer lo mismo».
Por la tarde, Francisco presidirá una gran misa en el estadio nacional de Singapur, donde decenas de fieles ya hacían fila por la mañana.
«Creo que voy a llorar cuando lo vea. Estoy ya muy emocionada», dijo Welinda Elorde, una mujer de limpieza filipina de 56 años que confía en que el papa la ayude a curarse de un cáncer.
A pesar de los temores iniciales por el estado de salud del pontífice ante este viaje, el más largo de su papado, Francisco se mostró en buena forma durante este periplo de 12 días y 33.000 km que culminará el viernes.