El español hablado en la República Dominicana presenta diversas variantes y peculiaridades lingüísticas según la región.

Una característica notable del habla en el sur del país es el uso distintivo de la «R», un fenómeno que a menudo sustituye la «L» en ciertas posiciones dentro de las palabras.



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Este fenómeno no es exclusivo de la República Dominicana, ya que también se observa en otras áreas del Caribe, pero en el sur dominicano adquiere una forma particular. A continuación, exploraremos los orígenes históricos, las causas socioculturales y los ejemplos de este rasgo lingüístico tan característico.



Origen histórico y sociocultural del fenómeno

El habla de los habitantes del sur de la República Dominicana tiene raíces profundas en la historia colonial del país. Durante la colonización, el sur fue una región de asentamientos importantes  de europeos .

Uno de los factores principales que explica el uso de la «R» en lugar de la «L» es la influencia de los dialectos de Andalucía  y de algunas variantes del español de la época. Muchas lenguas africanas no poseían una «L» sonora como la que se usa en el español estándar, por lo que los hablantes de estos idiomas tendían a reemplazarla por sonidos que les resultaban más familiares, como la «R». Este proceso se conoce como asimilación fonética, un fenómeno común cuando hablantes de lenguas diferentes adoptan una nueva lengua.

Además, el aislamiento geográfico y la economía predominantemente rural de la región sur del país también contribuyeron a que estas formas de habla persistieran. En áreas rurales, lejos de los centros urbanos, la evolución lingüística tiende a ser más lenta, permitiendo que patrones tradicionales de pronunciación permanezcan vigentes por más tiempo.

Ejemplos comunes de uso de la «R»

En el sur de la República Dominicana, es frecuente escuchar que la «L» en posición final de sílaba se convierte en una «R». A continuación, algunos ejemplos de este fenómeno:

  1. «Papel» se pronuncia «paper»: Aquí, la «L» al final de la palabra se convierte en una «R», algo muy común en la región.

  2. «Amor» se pronuncia «amol»: En este caso, observamos el fenómeno inverso, donde la «R» al final de la palabra se transforma en una «L». Sin embargo, es menos común que la sustitución de «L» por «R», pero aún se encuentra en ciertos hablantes de la región.

  3. «El sol» se pronuncia «er sor»: En esta oración, ambas «L» se sustituyen por «R», un fenómeno conocido como rotacismo, que es el cambio de una consonante líquida (como la «L») a una «R». Este ejemplo refleja un patrón habitual en el sur del país.

  4. «Caracol» se pronuncia «caracor»: Nuevamente, la «L» al final de la palabra es sustituida por una «R», un ejemplo típico del habla rural de la región.

Factores lingüísticos: rotacismo y lateralización

El fenómeno que afecta el habla del sur dominicano se puede analizar desde dos perspectivas principales: rotacismo y lateralización. El rotacismo es el proceso por el cual un hablante sustituye una consonante, comúnmente la «L», por una «R». Esta sustitución ocurre frecuentemente en posiciones finales de sílaba, como hemos visto en ejemplos anteriores.

Por otro lado, la lateralización es el fenómeno inverso, donde la «R» se convierte en «L», aunque es menos común que el rotacismo. Sin embargo, ambos fenómenos están presentes en la región y varían dependiendo del hablante y del contexto en el que se encuentra.

Este fenómeno se observa también en otros países caribeños, como Puerto Rico, donde es común oír que se dice «Puertorro» en lugar de «Puerto Rico», y en algunas áreas de Cuba, lo que indica una influencia lingüística compartida en toda la región caribeña.

Factores geográficos y sociales

El sur de la República Dominicana es una región con características geográficas que han jugado un papel clave en la conservación de estas formas de habla. Esta área es en gran medida montañosa y, durante gran parte de su historia, estuvo relativamente aislada del resto del país. Las comunicaciones y el transporte eran limitados, lo que significaba que las influencias externas en el habla de las comunidades rurales eran menores. Como resultado, las formas de hablar más tradicionales y regionales han perdurado más tiempo en comparación con áreas más urbanizadas como Santo Domingo o Santiago.

Asimismo, el sur del país es una región predominantemente agrícola y de bajos ingresos. Los estudios sociolingüísticos sugieren que, en muchas comunidades rurales, las formas de habla no estándar, como el uso de la «R» en lugar de la «L», son vistas con menos estigmatización social, ya que están más vinculadas con la identidad regional y cultural.

El rol de la modernización y los medios

Con la expansión de los medios de comunicación y la educación, las formas de hablar en el sur de la República Dominicana están experimentando algunos cambios. El acceso a la televisión, la radio y ahora internet ha permitido que los hablantes del sur tengan más contacto con variantes del español más cercanas al estándar dominicano, que suele ser más neutral en cuanto a estos fenómenos.

No obstante, a pesar de la creciente influencia de estas formas de habla «neutrales», el uso de la «R» sigue siendo un marcador identitario fuerte para muchos habitantes de la región. Es un símbolo de orgullo regional y de conexión con sus raíces culturales.

A tomar en cuenta…

El fenómeno del uso de la «R» en el sur de la República Dominicana es el resultado de una combinación compleja de factores históricos, sociales y lingüísticos. Aunque puede verse como una peculiaridad del español caribeño, en realidad refleja la rica diversidad cultural y lingüística del país. Con ejemplos que van desde «paper» por «papel» hasta «er sor» por «el sol», este fenómeno sigue siendo un aspecto central de la identidad regional del sur dominicano, a pesar de los cambios y las influencias externas que siguen llegando a través de la modernización.