La 79.ª Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) pone el foco en dos de los temas más urgentes para la región: la crisis poselectoral en Venezuela y la situación de violencia en Haití.
En ambos casos la República Dominicana jugará un papel clave, especialmente a través de las intervenciones de su presidente, Luis Abinader, quien ha sido una voz firme en la comunidad internacional en torno a la inestabilidad de su vecino haitiano y la defensa de la democracia en Venezuela.
Ayer, a su llegada a territorio estadounidense, el presidente Abinader insistió en que la comunidad internacional debe reiterar su apoyo a Haití y cumplir con los compromisos asumidos para restablecer el orden.
“Hace tres años vine a advertir sobre la gravedad de la situación en Haití, y la comunidad internacional debe cumplir con los compromisos que ha hecho», afirmó.
El mandatario enfatizó que “los dominicanos hemos llevado una carga muy pesada”.
Señaló que, aunque la situación en el país vecino ha comenzado a mejorar tras la llegada de la misión internacional, esta debe recibir mayor apoyo.
Presidente de Kenia
También adelantó que se reunirá con el presidente de Kenia, William Ruto, en el marco de la 79.ª Asamblea General de las Naciones Unidas.
Se recuerda que durante el periodo de sesiones la República Dominicana busca llamar la atención sobre la grave crisis humanitaria y de seguridad en Haití, una preocupación recurrente en las declaraciones de Abinader.
Detalla El Día que desde hace meses el presidente ha alzado la voz en foros internacionales, insistiendo en la necesidad de restablecer el orden en un Hatí controlado por pandillas y sumido en el caos.
En septiembre el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, reconoció el impacto directo que esta crisis tiene sobre la República Dominicana.
Durante su visita a Santo Domingo, Blinken subrayó que la inestabilidad en Haití afecta no solo a su vecino inmediato, sino a todo el hemisferio occidental.
La presión migratoria sobre la República Dominicana es palpable: miles de haitianos cruzan la frontera diariamente en busca de seguridad y servicios básicos, lo que afecta tanto al sistema de salud como al educativo dominicano.
En este sentido, Abinader ha sido claro sobre el impacto que esto tiene en su país.
En sus discursos recientes, ha resaltado que el 6.5 % de los estudiantes en las escuelas públicas dominicanas, unos 147 mil, son de nacionalidad haitiana.
En los hospitales públicos, la cifra es aún más alarmante: el 35 % de los partos y el 14 % de los internamientos corresponden a inmigrantes haitianos indocumentados.
Esta situación, según el mandatario, es “inédita” al nivel mundia. Pero Haití no es el único tema que preocupa a la República Dominicana en la ONU.
Venezuela
La crisis política y democrática en Venezuela también ocupa un lugar central en la agenda dominicana.
Abinader ha sido un defensor de la democracia de esa nación, afirmando que su país ha cumplido con todos los compromisos internacionales respecto a la situación en ese país sudamericano. No obstante, las relaciones entre ambos países se han deteriorado en los últimos meses.
El gobierno venezolano exigió recientemente el retiro de los representantes dominicanos de su territorio, en protesta por lo que consideró “acciones injerencistas” de la República Dominicana tras los resultados electorales que confirmaron la victoria de Nicolás Maduro.
A esto se sumó la suspensión de vuelos comerciales entre ambos países el pasado 30 de julio, aumentando más la tensión diplomática.
El conflicto se agudizó cuando, a finales de agosto, Estados Unidos confiscó un avión de Nicolás Maduro en territorio dominicano, trasladándolo a Fort Lauderdale.
Washington justificó la medida como parte de las sanciones y violaciones de las leyes de control de exportaciones.
A pesar de esta acción, el gobierno dominicano, a través de su canciller Roberto Álvarez, negó cualquier participación en la investigación llevada a cabo por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, aclarando que solo se prestó cooperación jurídica internacional.
Con este trasfondo, la participación de Abinader en la Asamblea General de la ONU cobra aún más relevancia. Se espera que durante su alocución ante la ONU vuelva a referirse a las complejas situaciones que atraviesan esa dos naciones.