Israel llevó a cabo este viernes decenas de bombardeos en Líbano contra Hezbolá, que disparó cohetes hacia el territorio israelí, después de que la propuesta de tregua presentada por Estados Unidos y sus aliados occidentales no prosperase.
Desde el pasado lunes, más de 700 personas han muerto en Líbano por los bombardeos israelíes contra el movimiento islamista libanés, apoyado por Irán y aliado del palestino Hamás, según el Ministerio de Salud libanés.
Ante esta situación, Estados Unidos, Francia, la UE y varios países árabes lanzaron un llamado a un alto el fuego de 21 días, que las autoridades israelíes rechazaron, asegurando que combatirán a Hezbolá «hasta la victoria».
La atención se centra ahora en el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que intervendrá en la Asamblea General de la ONU este viernes hacia las 13h30 GMT.
Desde el lunes, la Fuerza Aérea israelí ha bombardeado los bastiones de Hezbolá en todo el país, obligando a unas 118.000 personas a abandonar sus hogares, según la ONU.
Según la Agencia Nacional de Noticias, un medio oficial libanés, el ejército israelí intensificó sus bombardeos durante la noche, matando al menos a una familia de nueve miembros en el sur de Líbano.
Horas después, Hezbolá afirmó haber disparado cohetes contra la zona de Tiberíades, en el norte de Israel. El movimiento proiraní dijo haber respondido así a los bombardeos «salvajes» de Israel contra las localidades y los civiles libaneses.
– «Ni siquiera un rayo de luz» –
El movimiento proiraní Hezbolá abrió un frente contra Israel en solidaridad con el movimiento islamista palestino Hamás, blanco de una ofensiva israelí en la Franja de Gaza desde el ataque de sus milicianos en el sur de Israel el 7 de octubre.
A mediados de septiembre, Israel anunció que el «centro de gravedad» de la guerra contra Hamás se estaba desplazando hacia la frontera con Líbano.
Su meta, según afirmó, es asegurar el regreso a sus hogares de decenas de miles de habitantes del norte, desplazados por las hostilidades con Hezbolá.
En casi un año de violencia, más de 1.500 personas han muerto en Líbano, según el departamento de catástrofes nacional.
Este balance supera al de la guerra de 2006 entre Israel y Hezbolá, que dejó 1.200 muertos en Líbano, civiles en su mayoría, y unos 160 en Israel, sobre todo soldados.
«Todo se derrumba a nuestro alrededor», comentó el empresario libanés Anis Rubeiz, de 55 años. «La gente está cansada mentalmente […] no veo [ninguna esperanza] en el horizonte… ni siquiera un rayo de luz».
El miércoles, Estados Unidos, Francia, la UE y varios países árabes reclamaron un alto el fuego de 21 días en Líbano, al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, pero el gobierno israelí ignoró el llamado, con su canciller, Israel Katz, asegurando que el ejército seguirá combatiendo a Hezbolá «hasta la victoria».
El Ministerio israelí de Defensa anunció que obtuvo un nuevo paquete de ayuda militar de Estados Unidos, por 8.700 millones de dólares, «en apoyo al esfuerzo militar» del país.
– Temor a una guerra total –
Los enfrentamientos en Líbano han avivado los temores a que la guerra se expanda por todo Oriente Medio, máxime después de que grupos regionales respaldados por Irán prometieran que continuarán luchando contra Israel.
Pero, pese a las labores de mediación de los últimos meses, un alto el fuego en Gaza parece difícil de alcanzar.
El conflicto entre el ejército israelí y Hamás en la Franja de Gaza estalló con el ataque de los milicianos islamistas del 7 de octubre, que dejó 1.205 muertos en Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes que incluye a los rehenes que murieron o fueron asesinados en cautiverio en Gaza.
De las 251 personas secuestradas, 97 siguen en Gaza, 33 de las cuales han sido declaradas muertas por el ejército.
En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado hasta el momento 41.534 muertos, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.