Desde el pasado 17 de marzo, fecha en que iniciaron las operaciones del teleférico de Santiago, el medio de transporte por cable ha operado de manera ininterrumpida con una demanda muy inferior a lo estimado por los diseñadores del proyecto.
El funicular tiene la capacidad de transportar 4 mil personas por hora por sentido, pudiendo movilizar más de 64 mil pasajeros a diario residentes en sectores del suroeste de la ciudad.
Sin embargo, un promedio de 60 mil usuarios aborda las cabinas de dicho sistema cada mes, de acuerdo a los datos ofrecidos a Diario Libre por el Fideicomiso para el Desarrollo del Sistema de Transporte Masivo de la República Dominicana.
Julio José Ramírez, encargado de operaciones del teleférico de Santiago, señala que cuando un sistema de transporte es nuevo, el flujo de pasajeros es bajo, mientras los usuarios se adaptan.
Según dice, se toma de dos a tres años para que opere a capacidad, en lo que el usuario crea el hábito del uso del nuevo sistema de transporte. «El teleférico de Santiago no es ajeno a ese comportamiento», asegura.
La expectativa del funcionario es que con el tiempo el sistema consolide su demanda. Entiende que tendrán un incremento significativo de pasajeros cuando entre en operación el monorriel. Ambos medios de transporte estarán conectados en la terminal central y los usuarios podrán moverse de un sistema a otro sin tener que pagar adicional al costo del pasaje, que es de RD$35.
Reynaldo Peguero, director ejecutivo del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES), coincide con Julio José Ramírez.
El ejecutivo de la entidad de desarrollo asegura que el impacto de ese sistema estará relacionado con la puesta en operaciones del monorriel, así como de la construcción de la segunda etapa del teleférico, contemplada hasta el sector Pekín, atravesando la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en La Barranquita.
«Hasta que no tengas concluidas ambas obras tienes que hacer un análisis intermedio. Te está faltando la gran cantidad de población que se va a mover hacia la UASD de los barrios populares que tiene Santiago».
Peguero, quien viene trabajando con el Fideicomiso para el Desarrollo del Sistema de Transporte Masivo de la República Dominicana desde que empezaron a diseñar ambos medios de transporte, explicó que el teleférico fue construido en el trayecto actual tras realizar un estudio de demanda, origen y destino. El análisis indica que una parte importante de los residentes en Pekín, al sur de Santiago, se dirigirán hacia La Barranquita y Bella Vista a través de la futura extensión del medio de transporte por cable.
Rutas alimentadoras
El poco flujo de pasajeros del teleférico tiene que ver también con que hasta el momento no han sido establecidas las rutas alimentadoras.
«Muchas personas prefieren utilizar el carro de concho porque pasamos por el mismo frente de sus casas. De ir a las paradas tendrían que caminar un poco», declaró un chofer de carro público de la ruta que recorre parte del trayecto del sistema. El conductor, quien pide hacer reserva de su nombre, sostiene que los pasajeros los prefieren a pesar de que con sus servicios se triplica el tiempo para llegar a su destino, debido a la congestión del tránsito, en relación al periodo de viaje en el funicular.
El recorrido completo del teleférico, desde la estación central hasta la última parada en la Yagüita de Pastor, dura aproximadamente 10 minutos. Otras zonas de influencia del sistema son Bella Vista, Loma de la Tayota, Reparto Peralta y otros subsectores. Usuarios de las rutas del concho adyacente al medio de transporte por cable consideran que la demanda aumentaría si las autoridades deciden incluir una extensión hacia La Herradura y Villa Bao, donde aseguran residen una cantidad significativa de personas que hacen vida en el centro Histórico de Santiago.
«Yo, que viajo todos los días al centro de la ciudad, te garantizo que eso ayuda también para continuar el descongestionamiento vehicular, que sigue siendo un caos en esa zona», externó Jesús Rodríguez, residente en La Herradura.