En la República Dominicana, la movilización social ha sido una herramienta de expresión ciudadana frente a las desigualdades y problemas estructurales que enfrenta el país.
A lo largo del tiempo, ciertos sectores geográficos se han destacado por ser escenarios frecuentes de huelgas, protestas y conflictos sociales debido a las condiciones de vida, los servicios básicos, la corrupción y el desempleo.
A continuación, un repaso por los 10 barrios, provincias y pueblos más «calientes» del país.
1. Bonao (Provincia Monseñor Nouel)
Bonao ha sido un punto neurálgico de movilizaciones sociales a lo largo de los años, en particular por las huelgas y paros en defensa de los derechos laborales y contra la minería.
Este municipio ha protagonizado numerosas protestas, especialmente relacionadas con la explotación minera de Falconbridge, donde las demandas ambientales y laborales han estado en el centro de la lucha. Las huelgas en Bonao han sido frecuentes, exigiendo también mejoras en los servicios de agua potable, electricidad y reparación de infraestructuras viales.
2. Salcedo (Provincia Hermanas Mirabal)
Salcedo es un municipio emblemático en la historia de las protestas sociales en el país. Las movilizaciones en Salcedo se han centrado en demandas de justicia social, y el reclamo por la mejora de los servicios públicos ha sido constante.
Uno de los momentos más tensos se vivió en 2012, cuando las protestas se intensificaron debido a la muerte de un joven en un enfrentamiento con la policía, lo que derivó en paros y manifestaciones masivas exigiendo respuestas del gobierno.
3. San Francisco de Macorís (Provincia Duarte)
San Francisco de Macorís ha sido, durante décadas, uno de los focos más activos de protestas y huelgas. Las demandas por mejores servicios de agua potable, electricidad, y justicia social han generado numerosos conflictos.
Uno de los episodios más notables fue la huelga general de 2017, cuando los francomacorisanos protestaron exigiendo justicia por la muerte de Vladimir Lantigua, líder del Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO), quien fue asesinado durante una manifestación.
4. Navarrete (Provincia Santiago)
Navarrete es conocido por ser un bastión de las huelgas y protestas en la región norte del país. A lo largo de los años, las manifestaciones en este municipio han sido constantes, principalmente en demanda de mejores servicios públicos, seguridad y contra la corrupción gubernamental.
En 2015, Navarrete vivió uno de sus paros más fuertes, donde las calles se llenaron de barricadas y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, exigiendo la pavimentación de las calles y mayor inversión en educación.
5. Haina (Provincia San Cristóbal)
Haina es una de las localidades industriales más importantes del país, pero también uno de los sectores más conflictivos debido a los problemas de contaminación, desempleo y servicios deficientes.
En múltiples ocasiones, los residentes de Haina han protagonizado protestas contra la contaminación ambiental de las industrias, especialmente la Central Termoeléctrica de Haina y las fábricas que operan en la zona. Las huelgas en este sector han sido una respuesta directa a la falta de atención gubernamental a los problemas de salud que afectan a los residentes debido a la polución.
6. Licey al Medio (Provincia Santiago)
Este pequeño municipio ha sido escenario de huelgas recurrentes, muchas veces organizadas por grupos populares en reclamo de mejores condiciones de vida.
Los residentes de Licey han protestado constantemente por la falta de servicios básicos como agua potable, electricidad y mejores carreteras. Uno de los episodios más críticos ocurrió en 2014, cuando una huelga general paralizó el municipio por varios días, reclamando el fin de los apagones y la construcción de infraestructuras.
7. Nagua (Provincia María Trinidad Sánchez)
Nagua ha sido históricamente un sector combativo en cuanto a protestas y paros, especialmente por la precariedad en los servicios de salud, educación y el riesgo de inundaciones que afecta a gran parte de la población.
Las huelgas en Nagua se han centrado en la exigencia de la construcción de un malecón y mejores sistemas de drenaje para evitar las constantes inundaciones. En 2013, los residentes realizaron varias jornadas de protesta para reclamar acciones inmediatas ante los desastres naturales que amenazaban sus viviendas.
8. Capotillo (Distrito Nacional)
Capotillo es uno de los barrios más populosos y vulnerables de Santo Domingo, y también uno de los más conflictivos en cuanto a protestas.
Este sector ha sido escenario de frecuentes enfrentamientos con la policía, protestas por la falta de seguridad, el desempleo y las deficientes condiciones de vida. En 2018, los residentes de Capotillo realizaron varias manifestaciones reclamando mejores servicios de agua potable, alcantarillado y seguridad, exigiendo también un mayor compromiso de las autoridades en la lucha contra la delincuencia.
9. Santiago de los Caballeros (Provincia Santiago)
Aunque es la segunda ciudad más importante del país, Santiago ha visto su cuota de huelgas y protestas, principalmente en los barrios más marginados.
Los sectores como Cienfuegos han sido históricamente conflictivos, donde los residentes protestan por los problemas de agua potable, electricidad y seguridad. En 2020, varias protestas en Santiago reclamaron una mayor inversión en infraestructura y la solución a los apagones que afectaban a gran parte de la ciudad.
10. Villa Altagracia (Provincia San Cristóbal)
Villa Altagracia es otro de los sectores propensos a huelgas y manifestaciones en el país. Las protestas en esta zona suelen estar vinculadas a demandas de mejores condiciones de vida, servicios públicos y justicia social.
En 2011, Villa Altagracia fue el centro de un paro masivo en demanda de la construcción de un hospital adecuado y mejoras en las carreteras, lo que generó enfrentamientos con las autoridades.
A tener en cuenta
La República Dominicana ha visto cómo diferentes sectores geográficos han sido epicentros de movilizaciones sociales a lo largo de los años.
Estos 10 sectores se han destacado por sus históricas protestas y huelgas, impulsadas por la búsqueda de mejoras en los servicios públicos, condiciones laborales y justicia social. Las autoridades deben prestar atención a las necesidades de estas comunidades para evitar que los conflictos sociales escalen y afecten la estabilidad de sus habitantes.