El juicio contra un inmigrante ilegal por el asesinato de una estudiante en febrero comienza este viernes en el sureste de Estados Unidos, en un caso que el presidente electo Donald Trump utilizó mucho en su campaña para denunciar lo que consideraba laxitud en la frontera.
José Antonio Ibarra, venezolano de 26 años, se enfrenta a diez cargos, entre ellos homicidio y asalto agravado con intención de violación, y podría ser condenado a cadena perpetua sin opción a libertad condicional.
Está acusado de matar en febrero a Laken Riley, una estudiante de 22 años que hacía deporte en Athens (Georgia), donde se celebra el juicio.
El caso conmocionó a la ciudad estudiantil y luego adquirió dimensión nacional cuando los republicanos exigieron que el presidente Joe Biden pidiera disculpas a la familia de Riley.
Acusaron al presidente demócrata de haber permitido el asesinato al adoptar, en su opinión, una política laxa de control de fronteras.
«Laken Riley estaría viva hoy si Joe Biden no hubiera destrozado las fronteras de forma deliberada y solapada», dijo en un discurso Trump, su rival por la presidencia en aquel momento.
El candidato republicano se reunió entonces con los padres de la víctima y pronunció su nombre en la convención del Partido Republicano.
Durante su campaña, Trump arremetió repetidamente contra los inmigrantes ilegales, de los que dijo que estaban «envenenando la sangre» de su país, y prometió reintroducir una política de separación de familias en la frontera.
Desde que ganó las elecciones presidenciales el 5 de noviembre, el republicano ha nombrado en puestos clave a varios partidarios de la línea dura en materia de inmigración, con vistas a cumplir su promesa de deportaciones masivas.