En un país donde la inclusión y el acceso a la educación superior deberían ser prioridades, una denuncia reciente cuestiona la seriedad y el compromiso del Gobierno dominicano hacia los jóvenes más vulnerables.
Se ha puesto en evidencia un hecho que se puede calificar como un incumplimiento imperdonable del Ministerio de la Juventud, que lleva más de un año y medio sin ejecutar las becas otorgadas a un grupo de estudiantes con discapacidad auditiva.
Esta problemática no es solo administrativa; tiene consecuencias humanas profundas. Tal es el caso de Franyely Villar, una joven que forma parte del grupo de 14 jóvenes afectados y quien, según la denuncia, ha caído en un estado de angustia y depresión al ver cómo una promesa destinada a promover la inclusión universitaria se ha desvanecido en el aire.
Se recuerda que en fecha 16 de marzo del 2023, el Ministerio de la Juventud y la gestión que encabezaba su titular, Rafael Jesús Féliz García, fueron «otorgadas» 14 becas de grado a igual cantidad de jóvenes con capacidades diferenciadas. Esto fue publicado en la misma página de la Presidencia.
Estas 14 becas que el Ministerio da como un hecho al colocar propaganda, publicidad y promoción de la misma, no es más que una falsedad más, dichas promociones fueron subidas en su cuenta de Instagram (seguro ya la eliminaron) y en las pantallas que están dentro de los vagones del Metro de Santo Domingo.
A continuación el video de propaganda
El derecho a la educación, una deuda pendiente
El acceso a la educación superior debe ser una prioridad en cualquier sociedad que aspire al desarrollo. En este caso, las becas prometidas no solo representan un recurso financiero, sino también una herramienta para garantizar que las personas con discapacidad auditiva puedan integrarse plenamente en el ámbito académico y profesional.
Sin embargo, la falta de acción del Ministerio de la Juventud no solo pone en riesgo la credibilidad del programa, sino que envía un mensaje de desamparo a una comunidad que ya enfrenta enormes barreras. La inclusión no es un favor, es un derecho humano, y este tipo de incumplimientos mina la confianza en las instituciones encargadas de garantizarlo.
Un llamado al Gobierno: las palabras no bastan
Esta exhortación no debe caer en oídos sordos. Cada día que pasa sin que estas becas se hagan efectivas es un día perdido para los jóvenes que dependen de ellas para construir un mejor futuro.
Además, esta situación afecta directamente la imagen del Gobierno, que ha promocionado iniciativas de inclusión como parte de su discurso, pero cuyo accionar parece no estar a la altura de esas promesas.
La sociedad exige respuestas inmediatas
No se puede permitir que esta denuncia quede en el olvido. Es necesario que tanto el Ministerio de la Juventud como las demás instituciones involucradas den explicaciones claras y actúen con urgencia para garantizar que estas becas se ejecuten de inmediato.
El pueblo dominicano tiene el derecho de exigir que las promesas hechas a sus ciudadanos se cumplan, especialmente cuando afectan a sectores históricamente marginados. No es solo una cuestión de dinero; es una cuestión de dignidad, justicia y respeto hacia quienes más lo necesitan.
Presidente Abinader, esta es una oportunidad para demostrar liderazgo y compromiso con la inclusión y la educación. No basta con palabras; las acciones son las que verdaderamente cuentan.