La expulsión masiva de migrantes que tiene en la mira el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, puede ser muy dañina para la economía, alertan analistas, especialmente en algunos sectores que dependen de esta mano de obra.
Tal es el caso de la agricultura y la construcción, que emplean a cientos de miles de migrantes, muchos indocumentados.
Las autoridades estiman que hay unos 11 millones de inmigrantes viviendo irregularmente en Estados Unidos, la gran mayoría provenientes de México.
Cerca de 8,3 millones de ellos trabajaban en 2022, de acuerdo con el Pew Research Center, el equivalente a poco menos del 5% de la fuerza laboral total.
Pero en algunos sectores clave son mucho más numerosos, según el Consejo Estadounidense de Inmigración (AIC, por su sigla en inglés).
«Las industrias de la construcción o la agricultura perderían a por lo menos uno de cada ocho trabajadores, mientras que en la hotelería, uno de cada 14 sería deportado debido a su estatus irregular», estimaba la entidad en un informe reciente.
El efecto sería todavía más fuerte en otros oficios: «Más del 30%» entre los trabajadores de la mampostería, techadores y pintores, y una cuarta parte en el sector de limpieza doméstica, según el informe.
– Crecimiento económico –
Un estudio conjunto del Instituto estadounidense de la empresa (AEI, por su sigla en inglés), Brookings Institution y el Niskanen Center estimó recientemente que los planes de Trump en materia de política migratoria podrían contener el crecimiento del PIB estadounidense en hasta en 0,4 puntos porcentuales en 2025.
El impacto en el crecimiento provendría principalmente del efecto directo de tener menos trabajadores extranjeros en la producción de bienes y servicios. Y habría una disminución adicional, pero menor, de la producción por un menor consumo de esos grupos.
En dicho escenario, los autores del estudio afirman que «la inmigración legal se ubicaría ligeramente por debajo de donde estaba durante la administración de Trump en la era prepandemia, mientras que los esfuerzos de aplicación de la ley y deportación alcanzarían niveles no vistos en las últimas décadas».
Según sus proyecciones, 3,2 millones de personas serían deportadas durante el mandato de Trump y la migración neta (entradas vs. salidas) caería de 3,3 millones en 2024 a -740.000 en 2025, impulsada por un fuerte aumento de las salidas voluntarias.
En un escenario más extremo, que según analistas es poco probable, el impacto sobre el crecimiento podría ser peor.
Un estudio reciente del Instituto Peterson para la Economía Internacional simuló el impacto de expulsar a los 8,3 millones de inmigrantes irregulares en Estados Unidos.
Estimaron que el crecimiento económico para 2028 podría ser un 7,4% inferior a las estimaciones de referencia, «lo que significa crecimiento económico nulo en Estados Unidos durante el segundo mandato de Trump sólo por esta política».
Al mismo tiempo, la inflación podría ser 3,5 puntos porcentuales más alta en 2026, ya que quienes contratan aumentarían los salarios para atraer a trabajadores estadounidenses.
Incluso en un escenario menos radical, las deportaciones masivas presionarían los precios al alza, advierten los analistas.
Los planes de Trump «podrían llevar a fuertes alzas en sectores específicos de la economía, aunque también a que haya inflación», dijo a la AFP Michael Strain, director de Estudios Económicos de AEI.
Los economistas de Pantheon Macroeconomics, sin embargo, consideran que los efectos agregados sobre la inflación serán probablemente leves, «con una presión al alza en sectores como agricultura y construcción parcialmente compensada por una demanda más débil en general y una inflación desacelerada en otras áreas, como vivienda».
– Obstáculos –
La mayoría de los analistas estima que las dificultades legales, financieras y logísticas acabarán suavizando las propuestas más extremas, como ocurrió durante el primer mandato de Trump. El resultado final sería una modesta disminución de la inmigración el próximo año respecto al período prepandemia, sostienen.
«Esperamos que una política más estricta reduzca la inmigración neta a 750.000 (personas) por año, moderadamente por debajo del promedio de 1 (millón) anual previo a la pandemia», escribieron economistas de Goldman Sachs en una nota dirigida a inversionistas.
«Somos escépticos de que el tipo de expulsiones anunciadas en la campaña realmente se lleven a cabo», estimó Ryan Sweet, jefe economista de Oxford Economics.