El periodista Javier Genao, residente en Dajabón, denunció que los agentes policiales de esa provincia fronteriza están «desnudos y descalzos», ya que no cuentan con las logísticas necesarias para realizar las tareas de proteger la ciudadanía.
Agregó que en Dajabón no hay personal policial suficiente porque en cada cuartel hay 2 y 3 agentes y carecen de camionetas y motores para el patrullaje.
«Los policías, aquí, están descalzos. No hay como vigilar. Los motores que tiene los policías para vigilar son viejos que viven diario metidos en el taller. Aquí hay una camionta; lo grave del caso es que en los puestos de la PN de la provincia de dajabón sólo hay dos y tres policías».
Genao hizo un llamado al presidente Luis Abinader, a la ministra de Interior y Policía, Faride Raful,y al director general de la Policía, mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, para que pongan atención a la frontera de Dajabón, ya que no hay camionetas ni motores para patrullar.
Relató que en una reciente visita de la Primera Dama Raquel Arbaje a la provincia Valverde, en ese recorrido estaban integradas las camionestas policiales de Esperanza, Montecristi y Dajabón, y que cuando eso ocurre ese municipio fronterizo se queda sin vigilancia policial, ya que sólo cuenta con un vehículo.
Consideró un error del Gobierno enfocarse en sólo equipar el Ejército de la República Dominicana y pidió tomar en cuenta tambié a los apolicía de Dajabón.
El periodista manifestó que cuando se presenta un problema en Dajabón, a la escena se presenta un agente policial o los dos que hay en ese puesto y el cuartel se queda solo.
«Los cuarteles de la Policií están con dos y tres (agentes)y cuando hay un problema colectivo o se van todos y dejan el cuartel solo o se va uno sin saber lo que vaya a ocurrir», declaró Genao.
Dijo que el municipio cabecera de Dajabón cuenta con alrededor de 12 agentes policiales y que también recibe apoyo de miembros del Ejército dominicano.
Reiteró el llamado al presidente Abinader que investigue la situación de la Policía en esa provincia, ya esa institución tiene las manos vacías para realizar sus funciones.