El papa Francisco lanzó el miércoles un llamamiento a la paz en el mundo, pidiendo «superar las divisiones» y que «callen las armas», durante unas celebraciones navideñas ensombrecidas por conflictos y crisis humanitarias, en particular en Gaza, Ucrania y Sudán.
Como cada año en su tradicional mensaje «urbi et orbi» (a la ciudad y al mundo), con transmisión al mundo entero, el pontífice argentino hizo un repaso de los principales conflictos y focos de tensión en los dos hemisferios.
El papa pidió que «callen las armas en la martirizada Ucrania» e instó a «gestos de diálogo» en vistas a «una paz justa y duradera», horas después de que Rusia lanzara más de 70 misiles contra la red energética ucraniana en el día de Navidad.
Ante miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, Jorge Bergoglio, de 88 años, denunció de nuevo la situación humanitaria «gravísima» en la Franja de Gaza y pidió un cese el fuego y la liberación de los rehenes israelíes que siguen en manos de Hamás.
El martes por la noche, durante la misa de Navidad, ya había pedido un pensamiento por «los niños ametrallados», las «bombas sobre escuelas u hospitales», en alusión a los bombardeos de Israel en Gaza, cuya «crueldad» denunció esta semana, provocando las protestas de la diplomacia israelí.
El papa también instó a facilitar la ayuda humanitaria en Sudán, país asolado por 20 meses de guerra, donde la hambruna que afecta a millones de desplazados podría extenderse, según la ONU.
Decenas de miles de personas han muerto por el conflicto y 12 millones de sudaneses se vieron forzados a desplazarse, provocando la mayor crisis de desplazados del mundo, también según la ONU.
Francisco, que citó no menos de 18 países, recordó entre ellos a Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua, pidiendo «encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia, para promover la armonía social».
Sin mencionar Estados Unidos, donde el presidente electo Donald Trump amenaza con expulsar a millones de migrantes, el pontífice instó a «derribar todos los muros de separación: los ideológicos, que tantas veces marcan la vida política, y los materiales».
El papa renovó además su llamamiento a cancelar la deuda de los países más pobres con motivo del Jubileo 2025, el «Año Santo» de la Iglesia católica, que lanzó el martes, organizado cada 25 años y para el que se esperan más de 30 millones de peregrinos en Roma.