Pascual Pérez, conocido como «Cutá» Pérez, fue un icónico lanzador dominicano que dejó una marca imborrable en el béisbol de las Grandes Ligas y en la Liga Dominicana. Recordado no solo por su talento en el montículo, sino también por su carisma y personalidad excéntrica, Cutá se convirtió en una leyenda del deporte.
Origen y primeros años
Nacido el 17 de mayo de 1957 en San Gregorio de Nigua, San Cristóbal, República Dominicana, Pascual Pérez creció en una familia humilde. Desde temprana edad mostró un talento innato para el béisbol, jugando en ligas locales hasta que fue descubierto por cazatalentos de las Grandes Ligas.
En 1976, fue firmado por los Piratas de Pittsburgh, iniciando su camino hacia las Grandes Ligas. Su debut en la MLB se produjo el 7 de mayo de 1980 con los Piratas, marcando el inicio de una carrera llena de altibajos y momentos inolvidables.
Carrera en las Grandes Ligas
Pascual Pérez jugó para varios equipos en las Grandes Ligas, incluidos:
– Piratas de Pittsburgh (1980-1981)
– Bravos de Atlanta (1982-1985)
– Expos de Montreal (1987-1989)
– Yankees de Nueva York (1990-1991)
Su mejor temporada fue en 1983 con los Bravos de Atlanta, donde logró un récord de 15 victorias y 8 derrotas, con una efectividad de 3.43. Ese desempeño le valió una selección al Juego de Estrellas, consolidándolo como uno de los mejores lanzadores de la Liga Nacional ese año.
Hazañas memorables
- El juego perdido en la autopista: Una de las anécdotas más famosas de Cutá ocurrió en 1982, cuando se perdió en la autopista I-285 de Atlanta buscando el estadio para abrir un juego. Dio vueltas por horas y nunca llegó al partido, lo que se convirtió en una leyenda urbana en el mundo del béisbol.
- Control en el montículo: Era conocido por su capacidad de dominar a los bateadores con una recta poderosa y un control excepcional.
- Estilo único: Su estilo de lanzar incluía movimientos extravagantes y gestos cómicos, lo que hacía sus presentaciones entretenidas para los fanáticos.
Impacto en la Liga Dominicana
En la Liga Dominicana, Cutá Pérez fue una estrella con las Águilas Cibaeñas, especialmente en las temporadas 1981-82 y 1982-83, donde registró récords de 10-3 y 9-3, respectivamente. Fue pieza clave en la rotación de lanzadores, ganándose el respeto y cariño de la fanaticada dominicana.
Anécdotas y legado
- Showman en el montículo: Era conocido por su personalidad alegre y su capacidad de hacer reír a sus compañeros y fanáticos. Una de sus rutinas clásicas era saludar al público entre lanzamientos.
- Problemas fuera del campo: Aunque fue un lanzador talentoso, su carrera estuvo marcada por problemas personales, incluidos incidentes de indisciplina y asuntos legales.
- Legado inmortal: A pesar de sus controversias, Cutá Pérez es recordado con cariño en la República Dominicana y por los fanáticos del béisbol que apreciaban su estilo único y su pasión por el juego.
Últimos años y fallecimiento
Después de su retiro de las Grandes Ligas en 1991, Cutá Pérez regresó a su natal República Dominicana. Lamentablemente, el 1 de noviembre de 2012, fue hallado sin vida en su hogar en San Gregorio de Nigua, víctima de un asalto violento. Su partida dejó un vacío en el mundo del béisbol, pero su legado sigue vivo en la memoria de los aficionados.
A tomar en cuenta
Pascual «Cutá» Pérez no solo fue un excelente lanzador, sino también un ícono cultural. Su estilo de juego y su personalidad carismática dejaron una huella indeleble en el béisbol. A día de hoy, se le recuerda como uno de los jugadores más queridos y controversiales que haya salido de la República Dominicana.
Este artículo honra su memoria y celebra su impacto en el mundo del deporte, recordando a una leyenda del béisbol dominicano.