El papa Francisco, cuyo estado sigue siendo «crítico», pasó «una noche tranquila», anunció este miércoles el Vaticano, cuando se cumplen 13 días de la hospitalización del jesuita argentino de 88 años que padece una doble neumonía.
El líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo, ingresado en la clínica Gemelli de Roma, pasó «una noche tranquila y está descansando», declaró la Santa Sede en un breve comunicado.
El martes por la noche, el Vaticano había informado que su estado de salud seguía siendo «crítico pero estable», con pronóstico «reservado», pero que el pontífice había trabajado durante el día.
El informe médico indicó también que se sometió a un «TAC [tomografía computarizada] de control programado para el monitoreo radiológico de la neumonía bilateral», una infección del tejido pulmonar potencialmente mortal.
Según una fuente vaticana, los resultados de esta radiografía, la tercera desde su hospitalización, deberían conocerse este miércoles.
La salud de Jorge Bergoglio preocupa en todo el mundo, donde se suceden las oraciones por su pronta recuperación desde su Buenos Aires natal hasta la plaza de San Pedro, donde la víspera fieles y cardenales rezaron un rosario por segunda noche consecutiva.
La escena recordó a las concentraciones que hubo antes de la muerte de Juan Pablo II, en 2005, pero el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga señaló que «aún no es momento para que él se vaya al cielo».
«Siempre rezamos por él y ahora redoblamos», dijo el martes por la noche Marcela Oviedo, una mujer de 55 años durante una misa por la salud del papa celebrada en Santa María Dolorosa, iglesia nacional argentina en Roma.
El miércoles por la mañana, velas, dibujos y mensajes de apoyo al papa Francisco decoraban la estatua de Juan Pablo II ante el hospital Gemelli, epicentro mediático vaticano desde hace casi dos semanas, constató la AFP.
– ¿Hacia una renuncia? –
Esta hospitalización, la cuarta y más larga desde 2021, genera preocupación por los problemas previos que debilitaron su salud en los últimos años: operaciones en el colon y el abdomen, y dificultades para caminar.
Y ha reabierto los interrogantes sobre su capacidad para desempeñar sus funciones, máxime cuando el derecho canónico no prevé ninguna disposición en caso de un problema grave que pueda afectar a su lucidez.
La decisión el lunes del papa de convocar un consistorio de cardenales, en una fecha por precisar, reavivó además las especulaciones sobre la posibilidad de que renuncie.
El diario La Repubblica recordó este miércoles que Benedicto XVI anunció su renuncia al papado en 2013 durante un consistorio sobre canonizaciones, «palabra que más allá del Tíber suscita una instintiva aprensión» desde entonces.
Pero para el rotativo Il Messaggero, esta convocatoria manda «una señal clara a toda la curia, una forma elegante de dejar claro que [Francisco] sigue al mando y que no tiene intención de dar un paso atrás».
«Benedicto demostró que el papa puede renunciar y creo que Francisco tiene la libertad interior para hacer lo mismo, si lo considera necesario», aseguró al diario La Stampa el cardenal italiano Augusto Paolo Lojudice.
El pontífice argentino ha dicho no obstante varias veces que ese momento aún no ha llegado y, desde inicios de semana, se ha mostrado más activo.
El lunes, llamó a la parroquia de Gaza, como lo ha hecho desde el comienzo de la guerra, y autorizó varias canonizaciones, entre ellas «el médico de los pobres» José Gregorio Hernández, que se convertirá en el primer santo de Venezuela.
Dirigentes del mundo entero también han enviado mensajes de aliento desde el presidente estadounidense, Donald Trump, y su par francés, Emmanuel Macron, pasando por el venezolano Nicolás Maduro, que lo calificó de «un líder ético de la humanidad».