Dos hechos recientes han puesto en evidencia la grave crisis de seguridad en la República Dominicana y la inoperancia de quienes tienen la responsabilidad de proteger a los ciudadanos. Primero, un grupo de delincuentes asaltó un banco en La Romana a plena luz del día, asesinando al vigilante sin que las autoridades pudieran prevenirlo. Luego, agentes de la Policía Nacional abrieron fuego contra un vehículo con niños a bordo en un supuesto operativo de verificación.Mientras tanto, la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, sigue en su propio mundo, achacando la delincuencia al consumo de alcohol y dedicándose a recoger bocinas.
El caso de los disparos al vehículo, denunciado en redes sociales por la usuaria @Leidyfeliz_, es una muestra del descontrol absoluto dentro de la Policía Nacional. Sin un mínimo de verificación, los agentes abrieron fuego contra un automóvil donde viajaban menores de edad, poniendo en riesgo vidas inocentes. Esto no es un caso aislado: el patrón de brutalidad y abuso policial es una constante en el país. En lugar de proteger, los policías se han convertido en una amenaza latente para la ciudadanía.
A esto se suma el asalto al banco en La Romana, donde un grupo de delincuentes entró a la Asociación Romana de Ahorros y Préstamos, robó una cantidad no determinada de dinero y asesinó a sangre fría al vigilante de la entidad. ¿Dónde estaba la supuesta seguridad del país? ¿Dónde estaban los operativos de prevención?
Según la Policía Nacional, el asaltante actuó con el rostro cubierto y escapó en una motocicleta. Mientras los agentes disparan a vehículos con niños dentro, los verdaderos criminales operan sin miedo alguno. Esto deja en evidencia que la seguridad ciudadana está en ruinas y que el Ministerio de Interior y Policía no tiene control de absolutamente nada.
Faride Raful, en lugar de enfrentar el problema de raíz, ha optado por la excusa fácil: culpar al alcohol. Como si los disparos a menores y los asaltos a plena luz del día fueran culpa de una cerveza o un trago de ron. ¿También es culpa del alcohol que los policías disparen sin pensar? ¿Es culpa del alcohol que los bancos sean asaltados en pleno mediodía sin consecuencias inmediatas para los delincuentes?
El pueblo dominicano no necesita excusas ridículas ni medidas cosméticas. Necesita una reforma policial real, un plan de seguridad efectivo y funcionarios que dejen de jugar a la política mientras el país se desangra en la violencia y la impunidad. Cada día que pasa, la Policía Nacional demuestra que no está al servicio del pueblo, sino de su propio caos e incompetencia. Y cada día que pasa sin que la ministra de Interior y Policía tome cartas en el asunto, queda claro que su gestión no es más que una burla para la ciudadanía.