Pedernales. En una entrevista con el periodista José Peguero para Las Exclusivas de José Peguero, el empresario Santiago Rodríguez relató cómo transformó un sueño considerado una locura en uno de los proyectos ecoturísticos más emblemáticos de Bahía de las Águilas, en Pedernales: el Rancho Típico La Cueva de las Águilas. Lo que comenzó hace más de 20 años como una apuesta arriesgada en una región inhóspita y carente de servicios, hoy es un punto de referencia que atrae a miles de turistas nacionales e internacionales cada mes.
Rodríguez, oriundo de San Rafael del Yuma en el este del país, llegó a Pedernales inicialmente como proveedor de pescado para hoteles y restaurantes de la región este. Sin embargo, al descubrir la belleza de Bahía de las Águilas y las carencias que enfrentaban los visitantes, decidió apostar por el desarrollo de un espacio que ofreciera comodidad y hospitalidad. “La gente venía, pero quedaba decepcionada porque no encontraba ni agua, ni un refresco, ni un lugar con condiciones. Ahí nació la idea de crear este proyecto”, explicó.
De «el loco de la cueva» a un ejemplo de éxito
Conocido en sus inicios como “el loco de la Cueva” por los locales, Rodríguez enfrentó escepticismo y condiciones adversas. “Cuando llegaba, me decían ‘no vayas a Pedernales, que todo el que va sale con una mano adelante y otra atrás’. Yo dije: voy a marcar la diferencia”, recordó con una sonrisa. Su carisma, integridad y filosofía de cumplimiento le permitieron ganarse el cariño de la comunidad y construir una clientela fiel, sin competir agresivamente en precios, sino destacándose por su atención al cliente.
El empresario detalló que el proyecto creció de forma paulatina, sin grandes préstamos iniciales, gracias a la confianza que generó en sus socios y colaboradores. “El capital más grande de un hombre pobre se llama cumplimiento. Cumpliendo, fuimos ascendiendo”, afirmó. Con el tiempo, Rancho Típico se convirtió en el primer negocio que facilitó las excursiones directas a Bahía de las Águilas, una de las playas más cristalinas del mundo.
Un impacto económico y social
Hoy, el rancho recibe entre 6,000 y 10,000 visitantes mensuales. Rodríguez destacó que, aunque los precios de servicios como comida y hospedaje han aumentado tras la apertura del puerto de Cabo Rojo, él mantiene tarifas asequibles para asegurar que los clientes regresen. Por ejemplo, una paella cuesta alrededor de 1,000 pesos por persona, una langosta entre 1,200 y 1,500 pesos la libra, y un plato de pescado chillo entre 900 y 1,000 pesos, precios competitivos frente a otros destinos.
Además, Rodríguez no solo se dedica al ecoturismo. Con el Hotel Vista de Águilas, ha elevado los estándares de hospedaje en Pedernales, albergando incluso al presidente de la República en tres ocasiones. “Mucha gente no venía porque no había suites ni habitaciones de primera. Invertí para cambiar esa percepción”, señaló.
Pedernales: un remanso de paz con potencial
El empresario resaltó la seguridad como un valor distintivo de Pedernales, la segunda provincia con menor índice de delincuencia del país (menos del 1%), solo superada por Santiago Rodríguez. “Aquí uno puede andar con dinero en la calle sin miedo. Es un remanso de paz”, afirmó, destacando la convivencia pacífica con la vecina comunidad haitiana de Anse-à-Pitres.
Rodríguez también subrayó el impacto positivo de los cruceros que llegan a Cabo Rojo. Aunque al principio los pasajeros eran principalmente personas mayores que no exploraban más allá del puerto, ahora llegan turistas más jóvenes que visitan Bahía de las Águilas, la Laguna de Oviedo y otros atractivos, dinamizando la economía local. “Se ha sentido una bonanza económica, y cuando entren los hoteles, será aún mejor”, pronóstico.
Un negocio familiar con visión social
El éxito de Rodríguez no sería posible sin su familia y colaboradores, a quienes considera el pilar de su empresa. “Esto es un negocio familiar. Mi madre, que en paz descanse, fue mi soporte principal, y mi esposa y mis hijos han trabajado conmigo”, expresó. Como muestra de gratitud, construyó una casa nueva y amueblada para su primer trabajador, con más de 20 años de servicio, y facilitó un solar con construcción a otro empleado. “No los tratamos como empleados, sino como familia. Ellos son la base de nuestro crecimiento”, afirmó.
Un llamado a emprendedores y al gobierno
Rodríguez animó a otros emprendedores a seguir su ejemplo y apostar por Pedernales, una provincia con vastas oportunidades gracias a sus parques nacionales, tierras raras y el auge del turismo de cruceros. Sin embargo, pidió al gobierno mayor apoyo en capacitación y facilidades en permisología. “No me den el pescado, enséñenme a pescar. Queremos asesorías técnicas y menos obstáculos para crecer”, solicitó, abogando por incluir al pueblo de Pedernales en el desarrollo que beneficia a grandes proyectos.
Aclaración sobre su ubicación
Ante cuestionamientos sobre la legalidad de su negocio, Rodríguez aclaró que Rancho Típico está en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Jaragua, no dentro de él, y que adquirió los derechos legales de pescadores asentados allí desde 1998, antes de la Ley 64-00. Actualmente, espera la reconsideración de su licencia ambiental y la titulación de su terreno, un problema que afecta a toda la provincia.
Con una vista que él mismo describió como “terapéutica”, Rancho Típico La Cueva de las Águilas es hoy un testimonio del poder de la perseverancia y la visión. “Estoy agradecido con Dios, mi familia y esta comunidad que me adoptó”, concluyó Rodríguez, invitando a los dominicanos a descubrir el potencial del sur y a respaldar su desarrollo sostenible.