La carretera Mella, una de las principales arterias de Santo Domingo Este, se ha convertido en un verdadero desafío para los conductores. Lo que debería ser una vía fluida y organizada se ha transformado en un caos por una serie de decisiones cuestionables de la actual gestión municipal encabezada por el alcalde Dio Astacio.
Un pavimento destruido y reductores de velocidad mal colocados
Los hoyos en la carretera Mella son tan numerosos que esquivarlos se ha vuelto parte de la rutina diaria de los conductores. Pero, como si esto no fuera suficiente, la alcaldía decidió colocar reductores de velocidad sin planificación adecuada. En lugar de mejorar el tránsito, estos obstáculos generan un efecto contrario: frenazos bruscos, daños a los vehículos y hasta accidentes.
Estos reductores no solo están mal ubicados, sino que algunos parecen ilegales, instalados sin los criterios técnicos necesarios. Más que seguridad vial, lo que han traído es un dolor de cabeza adicional para quienes transitan por la zona.
Contenedores de basura en plena vía: una trampa mortal
A la lista de problemas se suman los contenedores de basura colocados en la propia vía, reduciendo aún más el espacio de circulación y aumentando el riesgo de accidentes. Lejos de ser una solución para la gestión de residuos, estos contenedores parecen ser un obstáculo más en el ya complicado panorama vial.
En lugar de organizar y limpiar la ciudad, la gestión de Dio Astacio ha optado por medidas que generan desorden y frustración entre los conductores. Mientras tanto, los ciudadanos se ven obligados a lidiar con una carretera cada vez más deteriorada y con obstáculos que parecen puestos sin ninguna lógica.
¿Soluciones a la vista?
La pregunta que muchos se hacen es: ¿hay algún plan para corregir estos errores? Hasta el momento, la situación sigue empeorando, y los reclamos de los ciudadanos parecen no ser escuchados. Es hora de que las autoridades tomen medidas reales para mejorar la movilidad y garantizar la seguridad en una de las vías más importantes de Santo Domingo Este.
Mientras tanto, los conductores deben armarse de paciencia, esquivar hoyos, frenar ante reductores mal puestos y maniobrar con cuidado para evitar los contenedores en plena vía. La carretera Mella, lejos de ser una solución de movilidad, se ha convertido en un campo de obstáculos que refleja el desorden urbano en su máxima expresión.