Williams Pérez Figuereo, presidente de la Central Nacional de Transportistas Unidos (CNTU), presentó hoy en San Cristóbal los avances de su ambicioso «Plan Cero Chatarras», una iniciativa destinada a eliminar los vehículos en estado de deterioro que circulan por Santo Domingo y otras zonas de la República Dominicana. Con casi 300 chatarras trituradas en un mes y medio, el proyecto busca no solo mejorar la seguridad vial, sino también reducir la contaminación ambiental y optimizar el parque vehicular del país.
Durante una entrega especial desde la «Zona Cero» —el lugar donde se lleva a cabo el desguace y trituración—, Figuereo explicó que el programa tiene como objetivo sacar de circulación vehículos obsoletos que representan un peligro tanto en movimiento como estacionados. «Una chatarra es tan dañina corriendo como arrumbada. Cuando circula, no le funcionan los frenos, el guía no obedece, y con dos gotas de agua pierde visibilidad. Estacionada, se convierte en criadero de mosquitos, ratas y hasta refugio de delincuentes», afirmó.
El líder sindical destacó que muchos de estos vehículos, guardados por razones sentimentales —como haber pertenecido a un familiar o ser parte de recuerdos de antaño—, terminan afectando la salud pública y el entorno. Como alternativa, propuso triturarlos y conservar su memoria en una fotografía: «Hágale una buena foto, cuélguela en su casa y preserve el recuerdo sin contaminar».
Un proceso voluntario con incentivos
El «Plan Cero Chatarras» invita a los propietarios a llevar sus vehículos inservibles a los centros de la CNTU, ubicados en puntos estratégicos como las instalaciones en la 6 de Noviembre, frente a la estación Total cerca de El Viajero. A cambio, ofrecen un bono de hasta 75,000 pesos, que puede ser utilizado para adquirir un vehículo nuevo —como taxis eléctricos de fabricación china o modelos Hyundai y Sonata respaldados por empresas como Viamar, Bonanza y Magna Motors— o transferido a un familiar. «El beneficio número uno es la satisfacción de montar a un chófer en un vehículo en buenas condiciones», señaló Figuereo.
El proceso de trituración comienza con la extracción segura de fluidos como combustible y aceites para evitar contaminación o riesgos de incendio, seguido del desarme manual y el corte del chasis en pedazos manejables con acetileno. El metal resultante se vende a empresas que lo exportan a destinos como China o Japón, generando ingresos que cubren parte de los bonos entregados. Además, las placas de los vehículos triturados se entregarán a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) para actualizar las estadísticas del parque vehicular, que actualmente registra 6 millones de unidades, muchas de las cuales ya no existen.
Llamado al gobierno y colaboración con ayuntamientos
Figuereo hizo un llamado al gobierno central para que respalde el proyecto, emitiendo un decreto que declare una emergencia nacional para retirar las chatarras de ministerios y dependencias estatales, donde ambulancias, camiones de bomberos y otros vehículos permanecen arrumbados. «El presidente tiene la oportunidad de dejar este país libre de contaminación aprovechando esta ola que hemos creado», expresó, sugiriendo que los ingresos por la venta de metales podrían destinarse al Estado con transparencia.
Asimismo, planteó la posibilidad de integrar a los ayuntamientos en el plan, permitiendo que retiren chatarras de las calles con la autorización de sus dueños y las trasladen a los centros de trituración. Aunque ha conversado con alcaldes como Dio Astacio y Carolina Mejía, enfatizó la necesidad de un proceso cuidadoso para evitar malentendidos: «No queremos que piensen que esto es un monopolio; hay muchos sindicalistas valiosos que pueden sumarse».
Testimonios y alcance del programa
Entre los beneficiarios está Enotel Rosario, un transportista de la ruta 13-9-11 en Pueblo Chico, quien decidió entregar su chatarra —un vehículo con fallos en frenos, alto consumo de aceite y un peligroso sistema de gas— para adquirir un Sonata moderno. «No aguantamos más esto; necesitamos mejorar el ambiente y la seguridad», afirmó Rosario, quien planea incorporarse al servicio formal de taxis.
Con un parque vehicular que supera las 60,000 unidades deterioradas, Figuereo aspira a que el «Plan Cero Chatarras» se extienda más allá de los nueve meses proyectados, incluyendo motocicletas en el futuro. Para quienes deseen sumarse, la CNTU pone a disposición el número 809-250-4090 y sus redes sociales (@williamfiguereocntu).
«Queremos un país sin tapones, sin accidentes y sin contaminación», concluyó Figuereo, agradeciendo el apoyo de los medios y la acogida de la ciudadanía a esta iniciativa que promete transformar la movilidad dominicana.