En una reciente entrevista con el periodista José Peguero, Pedro Richardson, Director Ejecutivo de la Federación de Distritos Municipales (FEDODIM), abordó los detalles y desafíos de la nueva Ley de Residuos Sólidos que actualmente se debate en el Congreso de la República Dominicana. Richardson destacó la importancia de esta iniciativa, que busca garantizar un país más limpio y sostenible, pero también señaló los ajustes necesarios para su correcta implementación.
Richardson criticó la actual estructura de cobros por la gestión de residuos, que trata por igual a empresas que generan grandes cantidades de desechos y a aquellas que producen mucho menos. «Es una injusticia tratar al que vende 3,000 o 5,000 millones igual que al que vende 250 millones», afirmó. Puso como ejemplo a una cadena de supermercados que vende 75,000 millones de pesos al año y solo paga 250,000 pesos por la gestión de residuos, la misma cantidad que una empresa que vende 250 millones. «Eso no es justo», insistió.
El director de FEDODIM propone una escala progresiva en los pagos, donde las empresas que más generan residuos contribuyan de manera proporcional. «No es lo mismo el que vende 2,000 millones que el que vende 500,000 o 40,000», explicó. Además, recordó que el turismo, uno de los pilares de la economía dominicana, depende en gran medida de la limpieza del país. «Nadie va a ir a un país sucio», subrayó.
Subsidios y sostenibilidad para los gobiernos locales
Richardson también habló sobre la importancia de los subsidios a los gobiernos locales para la recogida de residuos. Actualmente, el gobierno central aporta 30 pesos por habitante, lo que suma unos 3,870 millones de pesos anuales. Sin embargo, este monto no es suficiente para cubrir los costos reales del servicio. «Necesitamos renovar la flota vehicular, que tiene entre 25 y 35 años de antigüedad, y mejorar la calidad del servicio», dijo.
El director de FEDODIM destacó que, con una flota adecuada, los municipios podrían planificar rutas y frecuencias de recogida de manera más eficiente. «Un camión compactador que se repara hoy, mañana ya está dañado. No podemos planificar con equipos tan obsoletos», lamentó.
Cobro del servicio a través de las facturas eléctricas
Uno de los aspectos más polémicos de la nueva ley es el cobro del servicio de recogida de residuos a través de las facturas eléctricas. Richardson defendió esta medida, argumentando que aumentaría la eficiencia en la recaudación. «Es una ganar-ganar», aseguró. «Las empresas distribuidoras de electricidad recibirían una comisión por el servicio, y los municipios tendrían un ingreso más estable».
Sin embargo, reconoció que hay desafíos, especialmente en el interior del país, donde muchos ayuntamientos no cobran el servicio por populismo. «Es una irresponsabilidad dar un servicio y no cobrarlo», afirmó. Además, recordó que la ley establece que los alcaldes que no brinden el servicio de recogida podrían ser demandados y obligados a pagar con su patrimonio personal.
Plásticos de un solo uso y responsabilidad ambiental
Richardson también abordó el tema de los plásticos de un solo uso, que representan un grave problema ambiental en el país. Aunque la ley actual establece un plazo de cinco años para eliminar estos materiales, el director de FEDODIM propone un enfoque más gradual. «Podríamos empezar con un 10% de material biodegradable y aumentar gradualmente hasta llegar al 30%», sugirió.
Además, criticó la falta de acción en los últimos años. «Llevamos cinco años con la ley y no se ha cerrado ni una sola empresa», dijo. «Necesitamos ser más estrictos y establecer plazos claros para que las empresas se adapten».
Conclusión: Un llamado a la corresponsabilidad
Pedro Richardson cerró la entrevista con un llamado a la corresponsabilidad de todos los sectores. «Sin sostenibilidad económica, no habrá un país limpio», afirmó. «Los que más producen son los que más deben aportar, pero también necesitamos el compromiso de los ciudadanos y los líderes comunitarios».
La nueva Ley de Residuos Sólidos representa una oportunidad para transformar la gestión de los desechos en la República Dominicana. Sin embargo, su éxito dependerá de la implementación de medidas justas, equitativas y sostenibles, así como del compromiso de todos los actores involucrados.