El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dijo este jueves que su país no volverá a tener bases militares de Estados Unidos, al salir al paso de versiones alimentadas por la amenaza de Donald Trump de recuperar el canal interoceánico.
«No habrá bases militares de ninguna potencia, sea Estados Unidos o de cualquier otra parte del mundo», dijo Mulino en conferencia de prensa.
«Mi gobierno no puede ir contra la historia. Este país luchó para desmantelar las bases militares norteamericanas en nuestro territorio», agregó en alusión a las protestas de panemeños contra el enclave estadounidense de la Zona del Canal, que existió de 1904 a 1999.
La tensión entre ambos países comenzó en diciembre pasado, cuando Trump aseguró que «va a recuperar» el canal, construido por Estados Unidos e inaugurado en 1914. Incluso dijo que no descarta el uso de la fuerza con este fin y denunció una supuesta injerencia china en el manejo del cauce marítimo, lo que Panamá niega.
A esto se sumó hace dos semanas la versión de que la Casa Blanca había «ordenado a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que elaboren opciones» con este propósito y ahora que Washington supuestamente envió una carta a Panamá con opciones para un manejo conjunto del canal y la instalación de bases.
«Yo no sé dónde sacan estas cosas. No hay ninguna carta de ninguna índole ni ninguna petición de nada con relación a semejante propósito», indicó Mulino.
Estados Unidos invadió Panamá en 1989 para capturar al dictador Manuel Antonio Noriega, a quien acusaba de tráfico de drogas, pero en 1994 inició el cierre paulatino de sus bases militares en el país.
Antes de entregar el canal, Washington propuso instalar en Panamá un «Centro Multilateral Antidrogas», con barcos y aviones para patrullaje en el mar, lo que fue rechazado por el gobierno panameño de entonces.