El ingeniero Ramón Alburquerque afirmó que durante los gobiernos de Danilo Medina y Leonel Fernández, más de un millón y medio de haitianos indocumentados ingresaron al país, sin que este hecho fuera considerado un problema por las autoridades de entonces. En contraste, Alburquerque destacó que el gobierno de Luis Abinader ha manejado el tema migratorio con coherencia y responsabilidad.
En una entrevista en el programa Matutino Su Mundo, el ex presidente del Senado subrayó que la actual administración ha logrado cambiar la percepción internacional sobre la República Dominicana. Aseguró que, en el pasado, la comunidad internacional veía al país como responsable del problema haitiano, pero esa visión ha evolucionado.
«Hace uno, dos o tres años, nos miraban casi como culpables, pero eso ha cambiado y estamos avanzando», destacó.
Respecto a los incidentes ocurridos durante la marcha en El Hoyo de Friusa, Alburquerque afirmó que, en términos generales, la protesta fue pacífica, sin víctimas ni situaciones lamentables. Resaltó que la comunidad haitiana se comportó ejemplarmente al no participar en la manifestación, y explicó que la negativa de permitir a los manifestantes cambiar de ruta no constituyó una violación de sus derechos, dado que existen límites al ejercicio de los mismos, como ocurre con la ley de tránsito.
El ingeniero restó importancia a la manifestación de Friusa y a la que está programada para el 24 de abril frente al Palacio Nacional, calificándolas de sensacionalistas y como una simple expresión popular en un país libre. A su juicio, la República Dominicana está siendo vista con admiración a nivel internacional, especialmente en comparación con las crisis que enfrentan países de la región.
«Cuando se observa lo que ocurre en Cuba, que lleva tres semanas sin energía, o en Haití, que necesitó la intervención de fuerzas de Kenia, la comunidad internacional nos mira con respeto», afirmó.
Alburquerque insistió en que la situación migratoria actual es muy diferente a la que existía en los gobiernos de Fernández y Medina, y aseveró que, si estos tuvieran ética, no hablarían del tema. Consideró que los verdaderos responsables del problema migratorio son precisamente ellos.
Asimismo, destacó la importancia del diálogo con Haití, subrayando que la nación vecina representa tanto el principal desafío como el principal mercado de exportación del país.
«El comercio con Haití es crucial para nuestra economía, no es un ‘mercadito cualquiera’. Muchas industrias nacionales quebrarían si se pierde ese mercado, ya que es el más conveniente por la cercanía», indicó Alburquerque. Explicó que, por ejemplo, el 98% de los trabajadores en los invernaderos de Rancho Arriba, Jarabacoa y Constanza son haitianos, desde niveles técnicos hasta operativos.
Alburquerque concluyó que lo lógico en esta situación sería regularizar a los haitianos que ya están en el país, y crear un «blindaje» en la frontera, mediante un muro fronterizo y otras medidas, ya que considera que no hay otra forma de resolver el problema migratorio de manera efectiva.