A las 11:30 de la mañana de ayer, en El Pequeño Haití de la República Dominicana se concentraban en ver vídeos de la manifestación de la Antigua Orden Dominicana en el Hoyo de Friusa, de un día después de que concentraran a decenas de dominicanos para reclamar la salida de inmigrantes indocumentados en la zona de Bávaro, Punta Cana, provincia La Altagracia.
Indica Lleni Jímenez que el miedo es que se ensañen contra ellos y que se haga invivible la situación. Patrullas policiales recorrían el Pequeño Haití, algo que los agentes del Destacamento del sector San Carlos dicen que es de rutina.
En los inmigrantes, la mayoría de los haitianos en el Pequeño Haití obvian hablar de tema migratorio.
Los que sí lo hacen tienen posiciones radicales contra sus paisanos o a favor.
Tito Segura es un haitiano nacido en la República Dominicana, y considera que a todos los haitianos se les debe sacar del territorio dominicano. Los califica de malos y peligros. Recomienda no darle alojo a un haitiano en su casa, “porque no se sabe a quién se le da cobijo”.
Indica que su padre, un cortador de caña en el ingenio de Barahona, antes de su muerte, en el año 2006, le aconsejó no permitirle a ningún haitiano vivir en su casa.
Segura, quien adoptó el apellido que a su madre le colocaron en el año 1978, cuando la Junta Central Central Electoral (JCE) le entregó una cédula para que votara por el entonces candidato presidencial Joaquín Balaguer, fue el único haitiano que ayer favoreció la manifestación de la Antigua Orden Dominicana. “A todos los haitianos los deben sacar de este país”. Expresa que no suele visitar a Haití y que si va, se consideraría un extraño. Expone, con detalles, la naturaleza violenta de la nacionalidad haitiana, país del que su padre y su madre emigraron siendo jóvenes. Juan Ronel es otro haitiano.
Defiende a los inmigrantes haitianos que habitan en el Hoyo de Friusa y señala que si los dominicanos de la Antigua Orden hubiesen bajado a sus casas, en la que se encontraban, habría sucedido una desgracia, porque estaban armados y se sentían provocados.
Dominicanos aquí
Jhonny Mateo Peralta favorece que se levante un movimiento contra haitianos sin permiso de estadía en el país. “A los haitianos hay que sacarlo a to’”. Se dice chiripero (ayuda vendedores). Se queja de que policías que custodian esta área comercial y binacional, alegadamente les quitan dinero. Pedro Morla es un dominicano de 90 años. Reside en Villa Francisca y acudió al Pequeño Haití por chinolas. Critica el sucio del lugar y la cantidad de haitianos que copan las aceras con mercancías de ventas. Teresa y su hermano Francisco Cuevas Méndez venden comida frita. Prefieren llegar temprano y marcharse sin comentarios sobre nacionalidades.
Adalberto Mateo opinó que el control de Friusa la debe asumir la Dirección de Migración. El joven vendedor de flores intentó viajar a los Estados Unidos por la “vuelta”, a través de México. Del viaje frustrado, regresó al Pequeño Haití,. Tiene dos hijos con una haitiana. A su madre le disgusta la relación, propia de esta convivencia.