El dolor invade a Haina, un asentamiento de unos 200.000 habitantes de República Dominicana que rinde este domingo homenaje a 25 de las 226 víctimas dejadas por el desplome de una discoteca en un acto encabezado por el presidente Luis Abinader.
La madrugada del 8 de abril la turística isla de 11 millones de habitantes amaneció con la noticia de la peor tragedia vista en un país donde el béisbol y el merengue (género bailable) son casi una religión.
El colapso de la discoteca Jet Set ocurrió cuando la estrella del merengue Rubby Pérez, nacido hace 69 años en Haina, cantaba. Él está entre las víctimas que incluyen a una gobernadora y dos exgrandesligas.
Los organizadores de la ceremonia colocan un lazo negro en las camisetas de los asistentes, casi todos vestidos de negro o blanco.
«Acto memorial por los hijos de nuestra provincia», se lee en un afiche ubicado en la tarima del polideportivo de Haina, localidad asentada a unos 16 kilómetros de Santo Domingo.
Ana Peguero, 36 años, perdió a su padre, quien fue a ver a Rubby Pérez, su amigo de la infancia, y a celebrar su cumpleaños número 70. También murió su madrastra.
«Ha sido algo demasiado difícil, algo demasiado desastroso, triste, desgarrador, en realidad», lamenta.
Peguero recuerda haber estado en julio pasado con su padre en una presentación de Pérez. «Ellos eran muy buenos amigos, se criaron juntos y cada vez que él tenía la oportunidad lo íbamos a ver», cuenta.
Entre el público una persona comenzó a interpretar «Buscando tus besos» y «Volveré», dos de las canciones más famosas del cantante conocido como «La voz más alta del merengue».
En dos pantallas led donde se comparten fotografías y nombres de los fallecidos los familiares de las víctimas y algunos sobrevivientes sujetan rosas blancas y en el centro hay una ofrenda con flores blancas.
«Estamos adoloridos, compungidos, pero te queremos, Dios», dice un pastor. «Ayúdanos, Señor, a poder seguir hacia adelante», clama el religioso.
El exgrandeliga dominicano David Ortiz, conocido como «Big Papi», estuvo presente en la ceremonia y rompió a llorar luego de referirse a los allegados que perdió en la tragedia.
«Este ha sido uno de los momentos más trágicos y más difíciles de República Dominicana», dijo Ortiz, que viajó desde Boston, Estados Unidos, para acompañar a los familiares. «Me la he pasado de funeral en funeral», lamentó el expelotero.
Este domingo culminan los seis días de duelo nacional decretados por el gobierno, que ha prometido buscar respuestas a lo ocurrido.
